El saneamiento es uno de los mayores desafíos que tienen los servicios públicos costarricenses. Este consiste en una red de tuberías que se encargan de la evacuación y el tratamiento de las aguas residuales, negras y pluviales.
Aunque es un servicio que debería tenerse a nivel nacional, el informe Estado de la Nación 2023 indicó que Costa Rica experimenta un estancamiento.
“Esto favoreció que se mantenga una mayoría de población sin cobertura de alcantarillado sanitario y, por tanto, una importante contaminación de cuerpos de agua”, cita el informe en su capítulo IV “En armonía con la naturaleza”.
De acuerdo con el documento, la cobertura de alcantarillado sanitario con tratamiento pasó de un 15,5% en 2021 a un 17,6% en 2022. Pese a que se aprecia un ligero aumento, los investigadores recalcaron que aún tres cuartas partes del agua residual recibe un tratamiento básico con tanques sépticos. Esto deja a Costa Rica muy por debajo de la media mundial, donde el 60% sí tiene sus aguas negras tratadas.
La Nación consultó con la microbióloga especialista en aguas, Luz Chacón Jiménez, quien no participó del informe, para obtener una visión más completa.
Ella explicó que hay varios elementos para evitar que las excretas queden al aire. El primer paso, el más básico, son las letrinas. Estas frecuentemente están en un cuarto o cubículo separadas de la casa y consisten en un hoyo donde las necesidades no quedan al aire, pero estas no están sujetas a alcantarillado sanitario.
“Esto implica riesgos, por ejemplo, dependiendo de la zona podían infiltrar contaminantes o patógenos y contaminar fuentes de agua”, puntualizó Chacón.
El siguiente nivel es el tanque séptico, un método mucho más utilizado y estandarizado a todo el país, ya que el 75% lo usa. Esto consiste en tener un tanque donde se estén guardando las excretas hasta que este se llene y cuando esto suceda se llame a una compañía para que se lleve los desechos y limpie el tanque.
El objetivo de estas compañías es que dejen las excretas en un lugar donde se traten, pero esto no siempre sucede así. “Hay mucha tela que cortar en el manejo de esas excretas”, señaló.
Una buena forma de tratamiento implicaría que las aguas residuales sean llevadas a una planta de tratamiento en la que se remuevan patógenos y químicos y que el agua ya salga a un nivel aceptable para volver al río.
En Costa Rica lo más cercano a eso es la planta de Los Tajos. Chacón dice que la idea es buena y la puesta en práctica es loable, pero cuenta con el problema de que cuando se diseñó se hizo para hacerlo en fases. En este momento solo funciona la primera fase. La materia fecal entra revuelta con todo lo que venía en la alcantarilla y la sedimentan.
“Los (desechos) sólidos que haya se tratan muy bien, pero toda el agua que queda después de sendimentar la materia fecal, cae al río Torres, y no se está tratando”, indicó Chacón.
Buscar soluciones
Alejandro Guillén Guardia, presidente ejecutivo de Acueductos y Alcantarillados (AyA), manifestó que el proyecto de aguas residuales es más bien un proyecto país, en donde todos los ciudadanos deben pagar por el costo de proyectos de agua residual “si no, no vamos a salir de esto”, resumió.
Guillén afirma que ha estado viendo proyectos que se llaman APTs, que son asociaciones público-privadas donde hay un ente que financia y construye, con una especie de concesión. Sin embargo, en Costa Rica cuesta mucho por la legislación y se requiere de un buen estado financiero.
El jerarca dijo que sí debe ser prioridad el tema, y que hay apoyo de la presidencia de la República y el Ministerio de Hacienda, pero se requiere una inversión inicial grande, cuyo monto no trascendió.
Hay cuatro áreas prioritarias en el saneamiento, precisó Guillén: Jacó, Golfito, Palmares y San José. En cuanto al proyecto para San José, se tiene esperanza en Los Tajos; sin embargo, el jerarca indicó que uno de los problemas es que luego de salir tratada de la planta, el agua ya tratada de San José se mezclará con la no tratada de Heredia y Alajuela, y esto podría contaminar otra vez las aguas josefinas.
Otro trabajo es el alcantarillado sanitario de la zona Sur.
Guillén dijo que el AyA tiene 172 proyectos prioritarios, pero hay 118 que ya están en ejecución o están próximos a comenzar. No todos están relacionados con saneamiento, pero sí serían parte de una reestructuración.
“El país lo necesita, debemos conseguir los recursos, pero el saneamiento de las aguas y que estas regresen limpias a ríos y mares es primordial”, concluyó.
Más informaciones sobre el Estado de la Nación
456.000 menores en riesgo de perpetuarse en la pobreza
Bosques son insuficientes para compensar emisiones causantes del cambio climático en Costa Rica
Tibás y La Unión figuran entre los cantones en mayor riesgo de violencia por crimen organizado, según Estado de la Nación
Políticas ambientales abundan en Costa Rica pero tienen baja ejecución, revela Estado de la Nación
Estilo de gobierno busca debilitar institucionalidad y castigar opositores, señala Estado de la Nación
Editorial: Oportunidades perdidas
Persistente brecha entre la legislación ambiental y la fiscalización