Andrea Acuña Quesada no lo pensó dos veces. Desde febrero comenzó a pagar clases particulares con el fin de preparar a su hija Zianny, de 11 años, para las pruebas FARO, pues la intención es que la niña mejore los resultados de los exámenes que realizó en noviembre.
Zianny y su capacitadora se sientan en la mesa del comedor de la casa en Pacayas, Cartago, para revisar la materia de Español, Ciencias y Matemáticas que será sometida a examen en esta nueva convocatoria, que se iniciaría el 15 de junio y en la cual están inscritos 130.000 alumnos de escuelas y colegios que buscan mejorar resultados del año pasado, pues FARO equivale al 40% de la nota.
Sin embargo, a estas alturas, los estudiantes están en la incertidumbre de si estudian o no para someterse a los exámenes luego de que el sábado 29 de mayo el presidente de la República, Rodrigo Chaves, anunció su decisión de eliminar las pruebas Fortalecimiento de Aprendizajes para Renovación de Oportunidades (FARO), medida que, según dijo, “ya estaba tomada”.
Sin embargo, esa es una decisión que no recae en el mandatario, sino que debe pasar primero por el Consejo Superior de Educación (CSE), órgano que por ley es el único rector de la política educativa del país. Pero hay otro problema: desde hace más de dos meses, el Consejo no sesiona porque faltan miembros por nombrar.
Es por esa razón que la jerarca del MEP, Anna Katherina Müller, corre para conformar el CSE y presentarle sus planteamientos antes del 15 de junio cuando comenzarían los exámenes en las tres asignaturas. Los alumnos que hicieron los test en noviembre podían hacerlas de nuevo en esta ocasión, sea en una sola o en las tres materias.
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Andrea Acuña dice estar preocupada porque Zianny va o iba a repetir las tres pruebas. “No sé si seguir pagando las clases y me preocupa qué va a pasar con el promedio de las pruebas, si se mantendrá el del año pasado, porque a ella le fue súper bajo en FARO; todos los compañeros las van a repetir por lo mismo. Desde febrero se le venían pagando clases por aparte.
“Ellos (los alumnos), en su inmadurez, están felices de no hacer la prueba; la preocupación es para nosotros los papás. El profesor lo que les dice es que sigan estudiando, que se preparen porque no saben si sí o no harán las prueba”, comentó la madre de la niña, que estudia en la Escuela Presbítero Juan de Dios Trejos Picado, en Pacayas, Alvarado.
Los malos promedios que los alumnos sacaron en la primera convocatoria de FARO, tanto en primaria como en secundaria, explican por qué la mayoría de los alumnos, 130.000, decidieran repetirla este año a pesar de que era opcional.
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El MEP confirmó que de los 65.000 escolares que realizaron la evaluación el año anterior, cuando cursaban quinto grado, 55.720 (86%) la van a repetir. De los colegiales, prácticamente la totalidad, la harán 72.600, cifra muy similar a la de estudiantes que hicieron el primer test, incluidos liceos públicos y privados.
Dudas entre toda la población
Carolina Zúñiga, la mamá de Ángel Montero, quien cursa el sexto grado en la Escuela Carlos Monge Alfaro, de Ochomogo de Cartago, también está preocupada.
“Siento que es mucho estrés estar con la incertidumbre de qué va a pasar ya que ellos la hicieron el año pasado, estando en quinto grado, pero este año se les dio la opción de que las podían repetir. Ángel se ha venido preparando con prácticas y unos folletos y a pesar de lo que anunció el presidente, sigue estudiando. Mi hijo se siente estresado de no saber qué va a pasar, el profesor dice que él sigue con todo, hasta que no tenga un papel donde diga que se eliminó FARO”, dijo la madre.
La incertidumbre de alumnos y padres la comparten los docentes que deben preparar a los estudiantes, ya que FARO tenía un valor del 40% de la nota final del estudiante en el último año de primaria y secundaria, por lo que se desconoce, si se quitan las pruebas, cómo se definirá la promoción del alumno.
La Nación hizo esta consulta al Ministerio de Educación días atrás, pero no hubo una respuesta clara.
“Si el Consejo de Educación Superior decide aceptar la propuesta planteada por el MEP para eliminar las pruebas FARO, estas no serían contempladas para la aprobación del ciclo lectivo. Por respeto al ente rector, los detalles sobre la propuesta serán primero presentados ante el órgano colegiado cuando corresponda”, respondió el MEP por medio de su oficina de prensa.
Jenny Arias, maestra de la Escuela Carlos Monge Alfaro, del Alto de Ochomogo de San Nicolás de Cartago, tiene a cargo 32 estudiantes.
“Recién hice reunión con los padres y les comenté que primero no hay nada que oficialmente diga que las pruebas fueron eliminadas. Aunque el presidente lo haya dicho, todavía no hay nada en firme y por escrito. De ser así, que están eliminadas, la prueba no resume ni un quinto ni un sexto grado. A los estudiantes los estamos preparando y formando no solo para esa prueba, si no para su vida, para su futuro, para que ellos creen herramientas con las que se puedan defender”, comentó Arias.
Malos resultados
El Ministerio de Educación Pública dijo que también presentarían ante el CSE una propuesta de nuevas pruebas estandarizadas, pero hasta ahora no ha revelado detalles. Tampoco han aclarado si harán esa propuesta al mismo tiempo que soliciten la eliminación de FARO o posteriormente.
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No obstante, independientemente del instrumento de medición que plantee el MEP, deberá considerar los resultados de las pruebas que realizaron los alumnos de primaria y secundaria el año anterior, pues estos reflejan el bajo desempeño que presentaron en las tres materias evaluadas.
En Ciencias, el promedio de calificación fue 61,2; en Español, 61,4 y, en Matemáticas, 65,8, de acuerdo con los datos que el Ministerio suministró a pedido de La Nación, en marzo.
En secundaria , la información dada a conocer en mayo reveló que en Ciencias, la nota promedio fue de 50,6; seguida por Matemáticas con un 53,2, mientras que en Español, la nota promedio fue de 64,28.
Aún la ministra de Educación no ha dado a conocer su propuesta de cómo mejorar el desempeño de los estudiantes.
“Los docentes estamos muy acostumbrados a este tipo de incertidumbres porque hoy nos dicen una cosa y mañana otra. Ahora estamos a la espera de ver qué nos van a decir. Yo no creo en las pruebas FARO, yo estoy a favor del bachillerato porque ahí sí se lo toman en serio los alumnos y deben aprender. Con FARO les da igual el número que se saquen”, consideró Sandra Mora, educadora de secundaria en Biología.
El desasosiego sobre las pruebas también lo sufren los alumnos de penúltimo año de primaria y secundaria quienes van a realizar, por primera vez, las evaluaciones en noviembre y diciembre. Si el CSE elimina FARO, esas pruebas serán diagnósticas, es decir, no contarán para la nota; de lo contrario, sí se tomarán en cuenta.
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Karla Fernández y su hija Nicole Fernández están con mucha inquietud desde el anuncio que realizó el presidente de la supuesta eliminación de FARO. La joven es estudiante de décimo año en el Colegio de San Luis Gonzaga, en Cartago.
“Hay bastante tensión ya que se desconoce a ciencia cierta si las deben de hacer o no. De acuerdo al calendario que les dieron faltan unos pocos días para que se realicen. Mi hija ha estado estudiando al día y también asiste a clases de Matemáticas. En el colegio los profesores lo que les dicen es que aún no se sabe si las van a realizar, ella se viene preparando desde que inició el año”, comentó Karla Fernández.