El Juzgado Penal del Primer Circuito Judicial de San José dictó dos meses de prisión preventiva contra el dueño de las tiendas SYR, donde dos empleadas fueron brutalmente golpeadas. El resultado se conoció tras una audiencia que duró casi diez horas, y en la que el Ministerio Público había solicitado tres meses como medida privativa de libertad.
El propietario es un hombre de 26 años de apellido Lin, originario de China, con residencia en el país y quien el lunes 21 de noviembre fue detenido en la avenida 10, en San José, por agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
En principio, a Lin se le investigaba por los presuntos delitos de privación de libertad agravada y agresión con arma; no obstante, este martes la Fiscalía le atribuyó un tercer ilícito de tortura. Sobre él pesan dos denuncias, por lo que desde el 11 de noviembre era buscado por las autoridades.
Su abogado, Carlos Chinchilla Sandí, se opuso a la medida de prisión preventiva e indicó que en cambio pueden valorarse otras acciones como entrega del pasaporte y firmar cada cierto tiempo en una oficina judicial.
“Hay varios videos. Ninguno de ellos logra identificar a mi defendido. Es la primera vez en todos los 35 años que he estado en el Poder Judicial que escucho de un delito de tortura, ni sé cuánto es (la pena) hay una deslealtad de parte del Ministerio Público en mi criterio”, dijo el jurista a Telenoticias.
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La audiencia de medidas cautelares comenzó desde las 9 a. m. y la segunda parte del debate dio inicio a las 3 p. m.
Según explicó el abogado al medio televisivo, una serie de factores como el uso de un intérprete de traducción con cada una de las partes como defensor, fiscalía y jueza, habría sido el causante del atraso en la sesión, pues el ciudadano asiático no habla español.
El lunes, su defensor dijo a este diario que su cliente se abstuvo de declarar y que fue detenido cuando se dirigía al edificio judicial a entregarse voluntariamente. Lin tiene una residencia temporal y desde hace tres años vive en el país. Montó su negocio hace apenas dos años, pero ya acumula propiedades y autos de alto valor, así como cuantiosas deudas con el fisco y la seguridad social.
La marca dedicada a la venta de ropa fue inscrita por Lin en setiembre de 2020 bajo una de sus 37 sociedades de responsabilidad limitada en las cuales se reparte el puesto de gerente y subgerente con su hermano, quien también es su socio y con quien administra todas las tiendas que tiene en varios cantones del país, según confirmó Chinchilla.
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Falsa acusación
En un video divulgado el 14 de noviembre por Telenoticias, se observó como dos mujeres atacaban con palos a dos víctimas, quienes están de rodillas y son observadas por otras personas. Posteriormente, el OIJ ratificó la veracidad del video y explicó que se trataba de dos colaboradoras de la tienda SYR.
Un boletín de ese órgano judicial, precisaba que incluso a una de las muchachas, además de los golpes, también le cortaron el cabello. Todo ocurrió el 14 de agosto anterior, luego de que presuntamente el dueño del establecimiento las señalara por robarle dinero de la caja, Sin embargo, tras contar las ganancias se dieron cuenta de que en realidad no habían sustraído nada.
Luego de que la grabación se volviera viral, se han realizado múltiples intervenciones policiales en esa cadena de comercios, donde la Policía Municipal de San José, Fuerza Pública, Policía Profesional de Migración, Ministerio de Salud, Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) entre otras instituciones, detectaron irregularidades relacionadas a violaciones laborales en el pago de salarios mínimos, horas extras, tiempos de descanso, contratación de menores de edad y 11 foráneos que laboran en condición migratoria irregular.
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En una entrevista concedida a Multimedios (canal 8) los propietarios de la compañía de venta de ropa alegaron que ‘no era la primera vez que las mujeres robaban’ y que estaban ‘cansados’ de que la policía municipal josefina no intervenía cuando les pedían ayuda.
“A nosotros lo de redes sociales (campañas promoviendo de que no compren en la tienda) nos ha causado problemas (...) al momento de que los empleados entran a trabajar les hemos dicho que no nos gustan los ladrones y antes de pegarles siempre les dimos oportunidad de que nos dijeran la verdad para que no les pasara nada, pero nunca quisieron y por eso pasó eso”, relató uno de los supuestos dueños.