No encontramos al diseñador de modas peruano Sergio Dávila en una tarde que se empieza a tornar fresca después de un una lluvia inesperada. Allí en el Real Intercontinental, ese hotel que por las noches se convierte en el escenario del Mercedes Benz Fashion Week y donde mostró una colección el pasado jueves 16 de abril, nos confiesa que él es un event planner devenido a diseñador de modas.
Para él, el evento máximo sería aquel donde pueda vestir a la gente, donde pueda imaginar a cada uno de los personajes de ese día.
"Mi sueño máximo es hacer un matrimonio y una fiesta y que veamos todos lo detalles.
Eso es lo que a mí me gusta, más que solo el desfile, el estilo de vida de la marca: ¿cúal es mi nicho?, ¿quién me sigue?. ¿dónde está chico que compra la ropa?, ¿adónde va?, ¿dónde veranea?, ¿dónde estudia?, ¿con quién anda? o ¿qué música escucha?. Eso me parece fascinante", cuenta Dávila, cuyos diseños se caracteriza por usar tejidos y técnicas propias de su país natal.
Ese interés por la moda y sus usuarios es lo que lo ha convertido en el primer diseñador peruano que se presenta en en Fashion Week de Nueva York y lo que lo hizo recibir el premio "Fashion Group International Rising Star 2009. También, ese interés es el que despierta su curiosidad ante el cambiante clima costarricense, el cual ha pasado por el calor, la lluvia y algo que hasta podría llegar a parecerse al frío. "Una capa", sugiere Sergio.
"Deberíamos de sacar una que no sea muy larga, corta, 100% de un algodón peruano pero con un waxed (encerado) encima para que la lluvia no te moje y que no te mueras de calor", agrega durante la charla que tuvo con Perfil previa a su participación en la Semana de la moda tica.
P: ¿De qué se trata la colección que trajo a Costa Rica?
S: Hemos hecho una colección crucero 2016 que, una pre-primavera de lo que voy a presentar en Nueva York en julio. Como primicia lo estamos trayendo acá.
En esta hay más color, nos hemos inspirado un poco en el nuevo Miami, el más cultural y en la época de los 80 en la época en que esa ciudad era popular porque Gianni Versace se movía por allá.
P: ¿Cuál es la diferencia de diseñar para una mujer a hacerlo para un hombre?
S: Con el hombre no puedes experimentar cosas muy arriesgadas porque no lo va a comprar y, finalmente, lo que queremos es vender. Para ellos, deben haber detalles inteligentes. Innovamos en el textil y en los colores. Si de repente la temporada pasada fue vino tiramos ahora colores más claros, como un fresa de, pero sin que sea tan escandaloso.
Con la mujer si somos más arriesgados, no es como que creamos la línea de hombre y de ahí sacamos la de mujer.
P: ¿Qué le han aportado los diseñadores latinoamericanos al mercado estadounidense?
S: Creo que mucho de la sensualidad y de la comodidad, todo el bagaje cultural que hay en latinoamérica. A mí me han dicho muchas veces que los latinoamericanos les metemos el ritmo a Nueva York y que movemos la ciudad.
P: ¿Cuál ha sido el reto de ser un diseñador latinoamericano en los Estados Unidos?
S: Es muy cómodo tener a tu familia cerca. Yo tengo amigos americanos, diseñadores que de repente viven en Nueva York y tienen a su familia en Connecticut. Eso hace que se vayan un domingo a pasarla con ellos. Esas cosas te llenan el alma. Para mí ha sido muy difícil estar solo allá: llegué en el 97 y me quedé; sin embargo, la satisfacción es grande.
P: ¿Cómo ve a Perú ahora que ha ganado notoriedad gracias al turismo, la gastronomía...?
S: Creo que Perú está de moda, allí siempre se ha vivido muy bien en las casas y ese el caso de la gastronomía. En Perú siempre se ha comido bien pero eso no se veía en los restaurantes porque la gente era un poco más conservadora. Ahora se han abierto restaurantes y todo lo que veías en tu casa lo ves en las calle.
Por ejemplo, el tema del tejido: antes las abuelas tejían lindos sueter, usaban lana de alpaca y algodón; pero eso no se veía en las tiendas. Ahora los nietos de esas abuelas son diseñadores de moda y están tomando las técnicas milenarias y lo están poniendo en tiendas. Yo soy uno de esos nietos (ríe).Sergio Dávila cierra el día 1 del #MBFWSJ #fashionistaperfilUna foto publicada por Revista Perfil (@perfilcr) el 16 de Abr de 2015 a la(s) 8:58 PDT
P: ¿Cambiaría Perú, el lugar de confección de sus prendas, por costos u otra razón?
S: No, la calidad de Perú es buena. La ropa la hacemos en Lima y es impresionante. Es una ciudad de 12 millones de habitantes y tienen sus fábricas ahí también. Puedes ir a visitar tus fábricas y estar ahí mismo donde vives.
Ahora en Perú hay un algodón que es orgánico que viene los colores del mismo algodón, no tienes que teñirlo. Es algo magnífico. Y siempre que podemos usamos fibras naturales.