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Mariano Torres tiene 37 años y, de vez en cuando, se le pregunta por su futuro, pero él evade el tema, llegando al punto de responder comúnmente: “ya tendremos tiempo para eso. No sé... No sé...”. Sin embargo, quienes sí desean que el jugador continúe en el club es la afición, esa que vive un amor deportivo con el argentino.
Fue en el partido contra San Carlos, en la semifinal del torneo nacional, que Torres dio un espectáculo de lujo. Él incidió en cuatro goles de los cinco que marcó el plantel dirigido por Vladimir Quesada y en la vuelta de la serie mostró jerarquía, liderazgo y calidad para marcar una diferencia notable.
Lo de Mariano no es nuevo; está acostumbrado a marcar diferencia, pero es que ahora no solo se ve muy bien con el balón, sino también sin él, ya que ha afinado su labor de marca para convertirse en un peón más cuando el equipo lo necesita.
Mariano, sin conocer las mediciones, debe estar en un momento físico muy bueno, ya que sus recorridos en el terreno son evidentes. El argentino pisa las dos áreas, presiona en ataque y en defensiva se faja cuando debe hacerlo.
Frente a San Carlos, una bandera de Argentina con Mariano en el centro resaltó en los palcos del Ricardo Saprissa; el futbolista nació un 19 de mayo y su familia vino a pasar el natalicio al país. El jugador les entregó una tarde para no olvidar, llena de buen fútbol y hasta una anotación.
La vuelta ante San Carlos le dio a Saprissa no solo la demostración de Mariano, sino también fue una comprobación para Vladimir Quesada de que hombres como Kendall Waston, Fidel Escobar y Warren Madrigal están listos para disputar la final contra Alajuelense. Aunque es claro que figuras como Yoserth Hernández, Douglas Sequeira, entre otros, demostraron que cuando les tocó reemplazar a los titulares, no se extrañan.
Figuras como Javon East y Luis Paradela confirmaron su gran momento, y el Monstruo camina con paso muy seguro hacia su título 40 y su tetracampeonato.
