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Varias compañas de exploración en el territorio nacional llevadas a cabo por empresas transnacionales (Gulf Oil Co., Unión Oil Co. y Elf Aquitaine de Francia) en convenio con la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) y otras empresas internacionales, como Pemex, Petro-Canada, Banco Mundial, Statoil de Noruega (hoy Equinor), evidencian que Costa Rica cuenta con por lo menos dos categorías de petróleo y reservas potenciales de gas natural de excelente calidad.
Los resultados de estas campañas exploratorias constan en numerosos estudios científicos (uno de ellos de la empresa Western Atlas International), que generaron resultados optimistas y condujeron a la localización de 10 zonas con potencial para inspeccionar detalladamente a fin de comprobar la existencia de yacimientos de petróleo y gas natural.
Etapas. Es trascendental en la discusión tener un claro entendimiento de la dinámica de la actividad investigativa que conduce al descubrimiento y producción de un yacimiento.
Para ello, se cumplen tres etapas: prospección (con una duración de 1 a 2 años), exploración (de 2 a 3 años) y producción (que dura hasta la conclusión de la vida útil del yacimiento).
La última fase contempla la explotación del yacimiento para la producción, que en la práctica no supera un año.
Cabe señalar que la realidad de la investigación en las 10 zonas en Costa Rica superaron la prospección y exploración regional.
Por tanto, los tiempos, la cronología señalada y los modelos financieros y contractuales descritos en el artículo de Cristiana Figueres y Alberto Trejos, publicado el 22 de noviembre del 2020, titulado «La falacia de la exploración de gas natural y petróleo para reactivar la economía», no son reales y mucho menos apegados a la realidad científica y operativa nacional.
LEA MÁS: Página quince: La falacia de la explotación de gas natural y petróleo para reactivar la economía
Entre los beneficios de la exploración, producción y exportación de hidrocarburos se encuentra una altísima generación de recursos fiscales y no fiscales y de divisas para satisfacer las necesidades económicas y sociales con responsabilidad ambiental, como en Noruega.
En palabras del exministro de Ambiente y Energía Carlos Manuel Rodríguez, expresadas el 9 de noviembre del 2019, en el X Congreso Nacional de Empresarios del Combustible, la tecnología de hoy para extraer petróleo y gas natural da completa certeza de que puede hacerse con cero impacto ambiental, el país tiene las capacidades y el consumo de petróleo va a seguir.
Importaciones crecientes. Con el planteamiento de Trejos y Figueres, Costa Rica se priva de los múltiples beneficios que genera esta actividad y, por el contrario, los transfiere a otros países mediante importaciones de derivados del petróleo (el consumo del país representa casi las dos terceras partes del consumo energético nacional con una tendencia creciente).
La industria de los hidrocarburos constituye un alto impacto positivo en el progreso de un país cuando los recursos son ejecutados de manera correcta.
Así lo han demostrado numerosas naciones, entre ellas Noruega e Israel, donde estos dos recursos naturales generan riqueza y potencian la producción de energías renovables.
Si bien es cierto que el petróleo, dentro de la matriz energética mundial, reduce lentamente la participación, el gas natural se incrementa rápidamente y llegará a desplazarlo.
Todavía falta mucho para descartar el petróleo, como hacen los autores del artículo, y mucho menos el gas natural, el cual se convertirá en la principal fuente de energía del mundo.
Lo anterior lo confirman cálculos de consumo energético mundial de organizaciones internacionales como el Word Energy Council, la International Energy Agency (IEA) y el US Energy Information Administration (EIA), y compañías como ExxonMobil y BP.
Como materia prima no energética, el petróleo y el gas natural incrementan su participación en las industrias petroquímica, biomédica, farmacológica, cosmética y agroquímica (fertilizantes, etc.), todas ellas más limpias, eficientes y con mucho valor agregado, además de indispensables para la salud y la vida del ser humano.
La autora es geóloga y geofísica.
