Exclusión escolar

Utilizando la Encuesta nacional de hogares (Enaho) del INEC, es posible corroborar varios de los hechos que han sido expuestos recientemente en materia de inversión social.

Primero, los datos muestran una disminución considerable en el número de jóvenes que reportaron tener activa la beca de Avancemos, de 309.000 en el 2022 a 221.000 en el 2023, una reducción de 88.000 personas que dejaron de recibir la subvención, y que se acerca a la decisión tomada por el IMAS y Hacienda de recortar a cerca de 110.000 la ayuda económica.

Segundo, en ambos años, el porcentaje de jóvenes de entre 12 y 18 años que asistieron al sistema educativo y no tenían la beca fue cercano al 79 %, mientras que entre los que sí se beneficiaron de Avancemos la asistencia fue del 99 %. Como comenté en la columna anterior (“Avancemos”, 15/3/2024), el impacto positivo de este programa ha sido claramente demostrado.

Finalmente, el panel de la Enaho permite seguir a las mismas personas en dos años consecutivos, por lo tanto es posible determinar el cambio real en su condición de un año a otro.

Procediendo así, según mis cálculos, menos del 1 % de los jóvenes de entre 12 y 18 años que tenían la beca en el 2022 y la mantuvieron en el 2023 salieron del sistema educativo; en contraste, el 31 % de los que contaron con Avancemos en el 2022 y la perdieron, a julio del 2023, dejaron de asistir a clases.

Si se espera una corrección del rumbo en el 2025, dos expresiones utilizadas recientemente por el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, parecen señalar lo contrario: “Si no se vende el BCR, diremos a la gente que no hay espacio para gasto social”, porque “a quienes les está tocando pagar la fiesta de los demás es a los pobres”.

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El autor es economista.