La novela del escritor costarricense fluye como si se tratara de rearmar un espejo hecho astillas porque “la lenta trituradora del olvido” había comenzado a pulverizarlo todo.
El escritor reconstruye “el asesinato perfecto” más sonado en Costa Rica del último siglo, sigue los pasos de un tirano ludópata y narra los olvidos levantados alrededor de la dictadura de los Tinoco. ¿Quiere comenzar a leer el libro? Adentro obtendrá un adelanto de la novela, exclusivo para suscriptores.
Pareciera que entre el nobel y Tinoco nunca hubo contacto, pues las fechas no coinciden.
Hace una centuria arribó a territorio francés el exmandatario Federico Tinoco, quien no volvió jamás a Costa Rica.
Luego del golpe de estado a Alfredo González Flores, Federico Tinoco se deja el poder y comienza un abusivo y oscuro capítulo en la historia costarricense, que concluye cuando renuncia a su cargo.
La de Tinoco no fue la última, también debe tomarse como tal los 18 meses de gobierno de José Figueres Ferrer.
Tinoco gobernó con despotismo. Reprimió, encarceló y derramó sangre. Fue la más feroz expresión del totalitarismo.
Costa Rica también conoce la vida en dictadura: en mayo de 1919, había 250 presos políticos. Federico Tinoco se hizo del poder y hubo decenas de ejecutados, entre ellos, el escritor Rogelio Fernández Güell.
Federico Tinoco encabezó junto con su hermano la que se considera la única dictadura militar que tuvo Costa Rica en el siglo XX. En el video más información.
En 1919 Federico Tinoco Granados huyó de Costa Rica y empezó a ser llamado dictador, el único que tuvo el país en el siglo XX. Los hechos de su ascenso y caída revelan que su gobierno fue más popular de lo que se cree.