En medio de la controversia por el toque de queda dictado por el gobierno, analistas políticos discuten los escenarios que pueden resultar en el tablero político.
El empresario multimillonario Sebastián Piñera soñó con ser presidente de Chile y lo logró dos veces, pero su segundo mandato chocó con un estallido social sin precedentes del que no pudo reponerse.
Tres de cada cuatro venezolanos viven en la pobreza extrema en medio de una larga crisis económica complicada por los confinamientos por la pandemia de covid-19 y la escasez de combustible.
Luego de la renuncia de cinco ministros que representan a la vicepresidenta, el mandatario sostuvo: ‘La gestión de gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente’.
La confusión y la inquietud reinaban el miércoles en Haití, un día después del cese del fiscal de Puerto Príncipe tras pedir acusar al Primer Ministro en el marco de la investigación del asesinato del presidente Jovenel Moise.
El movimiento social que estalló en Chile en octubre nació sin líderes ni color político, pero sí tiene un ícono cargado de simbolismos, el Negro Matapacos, un perro que por estos días posa en mil versiones, incluso en murales que lo elevan a ángel de la calle.
Hace 45 días explotó la peor crisis social que ha vivido Chile en tres décadas. Marchas multitudinarias y violencia en las calles se convirtieron en una encerrona para el poder político que ha respondido a un reclamo heterogéneo con gestos que los demandantes consideran insuficientes.
Uno de los grandes escollos para que el gobierno del presidente Sebastián Piñera y la oposición coincidan en un camino para sacar a Chile de la convulsión social radica en la fórmula para redactar una nueva constitución.
El expresidente boliviano Evo Morales, que dimitió este domingo presionado por militares y policías, denunció este domingo que hay una orden de 'aprehensión ilegal en contra de mi persona'.
El Gobierno de Chile volvió a reunirse el jueves con la oposición para buscar una salida consensuada a la inédita crisis social que atraviesa el país, azuzada, según Estados Unidos, por “actividades rusas” que buscan “exacerbar la división”.