El Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) sacará el lunes del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) a la hidroeléctrica El Embalse, localizada en San Carlos, con lo cual llegan a ocho las plantas privadas que se quedan sin contrato aún y cuando generan energía barata con fuentes limpias.
Mario Alvarado, director ejecutivo de la Asociación Costarricense de Productores de Energía (Acope), lamentó la decisión que contrasta con el anuncio que hizo el presidente Rodrigo Chaves el 14 de octubre. Ese día se informó de la firma de un decreto que autorizó al ICE a comprar energía a plantas privadas a las cuales había desconectado del SEN por falta de contrato.
Alvarado recordó que ese día el mandatario declaró que ese decreto tenía el propósito de dinamizar la economía en las zonas donde se ubican las plantas “luego de años de estar con la llave cerrada”.
Tales intenciones, sin embargo, distan por completo de la decisión del ICE.
La noticia del cierre llega luego de que, por varios días, el Instituto ha generado electricidad a base de hidrocarburos y ha importado energía de Centroamérica, donde se produce casi al 100% con derivados de petróleo.
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Los días 28 de octubre y 1.° de noviembre, el ICE generó en Costa Rica un total 2.206 Megavatios hora (MWh) térmicos para atender la demanda y, desde el 28 de octubre a la fecha, ha importado 5.075 MWh también térmicos del Mercado Eléctrico Regional (MER), revelan datos del Centro Nacional de Control de Energía (Cence).
Según ese órgano a cargo del despacho diario de energía , la previsión para este jueves 3 de noviembre es importar otros 3.377 MWh.
“Solo Costa Rica se da el lujo de desperdiciar electricidad de origen renovable cuando el mundo está necesitando energía a precios competitivos” señaló Alvarado, quien instó a las autoridades a evitar más cierres de empresas que pagan impuestos y generan empleo en zonas rurales.
Planta afectada
La decisión del Instituto afecta una planta de 2 Megavatios de capacidad instalada, que se ubica en San Juan y la Tesalia de Ciudad Quesada (cantón de San Carlos, Alajuela) y que le vendía energía al ICE desde 1997. La instalación es propiedad de 53 socios, entre los que figura una cooperativa y varias sociedades anónimas, cada una de ellas con varios asociados.
Esa empresa, agregó Alvarado, todavía tiene la concesión de venta de energía vigente hasta el año 2034 y desde mayo manifestó interés de renovar el contrato de compraventa con el Instituto.
La concesión de venta de energía significa que el plazo de su concesión de servicio público de generación está activo. Dicha concesión es uno de dos requisitos básicos que debe cumplir un generador privado para aspirar a venderle electricidad al ICE.
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El otro requisito es la concesión de fuerzas hidráulicas que, en el caso de El Embalse, vence en el 2037. Esa otra concesión es un permiso que emite el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) a interesados en el aprovechamiento de la fuerza del agua en el cauce de un río para fines de generación eléctrica.
Durante el segundo semestre del 2020, el ICE decidió no comprar más energía a varios empresarios privados, lo que obligó al apagado de siete plantas basadas en fuentes renovables las cuales representan inversiones por $47 millones y 60 Megavatios de potencia de generación instalada, entre seis hidroeléctricas y una planta eólica.
Otras cinco plantas van a correr la misma suerte entre este año y el 2025, pues en diciembre otra hídrica sería también excluida del SEN. Esa sería la suerte de Central Hidroeléctrica Tapezco que opera con 0,2 MW desde 1990, en el cantón de Zarcero (Alajuela). La instalación tiene un valor estimado en $500.000.