¿Les ha pasado que al pensionarse papá o mamá, o los dos, se desencadenan ciertos conflictos en la casa con los hijos? La falta de costumbre de tenerlos más tiempo en el hogar por razones laborales genera roces y también preocupación, vivan o no los hijos bajo el mismo techo.
¿Por qué? Si papá y mamá no se prepararon para vivir la época de retiro, que en algunos casos puede rondar las dos o tres décadas, encontrarse sin otro plan de vida después de muchos años de trabajo los puede sumir en trastornos como la ansiedad o la depresión.
Incluso esta situación puede causar la pérdida de capacidad de habilidades cognitivas (aprendizaje, memoria y lenguaje) que conlleva a generar una mayor dependencia para el cuido.
Para entender esta etapa tan importante, sobre todo desde el lado de los hijos, en el capítulo de hoy de “Estar Bien” conversamos con la psicóloga Rebeca Ramírez Corrales quien es especialista en Gerontología y Neuropsicología.
Ramírez aconseja buscar información y educarse para poder sobrellevar la nueva faceta de nuestros padres como afortunados pensionados.
¿Se deben preparar los hijos cuando saben que a papá y a mamá les llega la edad del retiro?
Para Ramírez, uno de los pasos más importantes es sacudirse los mitos sobre la vejez. Romper con ellos es el primer paso importante para evitar lo que se conoce como edadismo o discriminación por razón de edad. Entre otras cosas, tratar a los papás como niños o infantilizarlos, cuando no lo son.
“La jubilación es un proceso más. Las personas mayores tienen hoy más oportunidades de formarse, de tener una nueva pareja y un proyecto de vida con varias metas: en la parte social y espiritual. Pueden estar activos”, recalca la psicóloga.
En japonés, dice, no existe la palabra jubilación. En su lugar está ikigai o propósito de vida. Por eso, Ramírez recomienda a los futuros pensionados procurar un plan de vida que les permita estar activos después del retiro porque, recuerda, la ocupación es una necesidad humana y también un factor protector de las capacidades cognitivas: aprendizaje, memoria y lenguaje.
Los hijos pueden ofrecer a sus padres información para que busquen formas de mantenerse activos, pero siempre planteando las opciones con respeto de la autonomía de los mayores y de las actividades que les puedan o no llamar la atención. En resumen, no imponer.
Resulta clave entender que si papá y mamá vienen de vivir un ritmo de vida acelerado por el trabajo durante muchos años, deben buscar otro ritmo menos rápido pero siempre procurar estar ocupados.
Lo anterior tiene una razón muy importante: si uno no está ocupado, aumenta el riesgo de deterioro cognitivo porque baja el rendimiento cerebral, dice la psicóloga.
El deterioro cognitivo llevará, inevitablemente, a un mayor grado de dependencia para el cuido con apoyo de terceros en las actividades diarias, como comer, bañarse o dar un paseo por el barrio.
Para conocer las recomendaciones de Rebeca Ramírez escuche la entrevista completa en el video y el podcast de “Estar Bien” de esta semana.
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