Hace apenas tres años, cuando aún pesaba 110 kilos y manejaba cabezales por todo el país, Asdrúbal Cambronero Durán se enteró, de golpe, de que padecía hipertensión grave, insuficiencia renal en etapa 5 (la más grave) y síndrome urémico.
Este combo de tres enfermedades, cada una tan grave e incapacitante como la otra, es lo que lo tiene, a sus 40 años, en la lista de candidatos a trasplante de riñón del Hospital México.
Asdrúbal pesa hoy 64 kilos, aunque llegó a 55 hace unos meses. Es el paciente de Hemodiálisis de ese centro de salud que viene del sitio más lejano del área de referencia del México: viaja tres veces a la semana desde Golfito, a 350 km de San José y casi seis horas por sentido.
Asdrúbal Cambronero, de 40 años y Josefina Solano. | GRACIELA SOLÍS
Una ambulancia de la CCSS lo recoge en su casa a la medianoche. Él llega al hospital cerca de las 6 a. m. para conectarse a la máquina tres o cuatro horas. Su viaje de regreso a casa comienza a la 1 p. m. Esa ida y vuelta se da porque su ingreso no da para pagar un alquiler en la capital.
Como la mayoría de sus compañeros de hemodiálisis, está en tratamiento mientras aparece un donador cadavérico. Dos familiares compatibles no le pudieron donar el órgano. “Todo el mundo busca el milagro del donador, pero yo tengo tres años de ser un milagro”, comentó en referencia al tiempo que ha logrado sobrevivir. “No sabe lo difícil que es esta espera, pero, con la ayuda de Dios, la familia y estos ángeles de blanco (médicos y enfermeras), seguiré dando la lucha”, dijo.
Ingresó a La Nación en 1993. Cubre salud. Graduada de la UCR, máster de la Universidad Complutense, con formación en CDC y NIH, entre otros. Redactora del Año de La Nación 1998, premio SIP 1997, Premio Nacional de Periodismo de Salud OPS 2002, Premio Cámara Costarricense de la Salud 2022. Coautora de Comunicación, palanca para la acción en salud.
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