El diputado Roberto Thompson, del PLN, presentó una moción para llamar a comparecer al exministro de Hacienda, Helio Fallas, por el hueco de ¢600.000 millones que el gobierno actual encontró en el Presupuesto Nacional del 2018.
Thompson pretende que Fallas, quien también fue vicepresidente de la República en la administración de Luis Guillermo Solís, rinda cuentas ante la Comisión de Control de Ingreso y Gasto Público.
Esta semana, el Ministerio de Hacienda le pidió al Congreso aprobar un presupuesto extraordinario de ¢600.000 millones para pagar a inversionistas dinero que habían prestado mediante la compra de bonos de deuda interna, los cuales vencen antes de que finalice este año.
Esa cantidad de recursos no estaba prevista en el Presupuesto que la administración Solís planteó el año pasado. ¿Por qué?
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Según Thompson, la comparecencia permitiría cuestionar Helio Fallas sobre la forma en que se asumió ese endeudamiento y las razones por las que su pago no se incluyó en el plan de gastos del 2018, así como el motivo por el cual no se informó oportunamente al nuevo gobierno.
El diputado alegó que, en setiembre del 2017, al presentar el presupuesto de este año, Fallas dijo que este plan de gastos era “responsable y austero”, pero las informaciones actuales hablan de un “manejo irresponsable” en momentos de crisis fiscal.
Añadió que las explicaciones son necesarias porque el país está ante “una circunstancia grave en las condiciones en que estamos y que merece ser aclarada".
Según dijo, la responsabilidad de los funcionarios públicos trasciende el periodo de su ejercicio, por lo que espera que el resto de la comisión apoye la idea de que Fallas comparezca en los próximos días.
El dinero requerido para tapar el hueco es equivalente al 1,73% del producto interno bruto (PIB), que el Banco Central estimó para este 2018.
Según declaró el martes Rocío Aguilar, jerarca de Hacienda, al tomar posesión el gobierno de Carlos Alvarado, se desconocía la carencia de esos recursos en el presupuesto de este año.
La administración de Solís afrontó, a finales del año pasado, un problema de liquidez que lo obligó a elevar el uso de títulos de deuda de corto plazo. Sin embargo, no presupuestó la amortización de dichos títulos antes de dejar el poder, el 8 de mayo anterior.
La estimación del anterior Gobierno, para el segundo semestre del 2017, era colocar ¢292.700 millones. Sin embargo, al final se emitieron bonos por un total de ¢891.700 millones, es decir, ¢599.000 millones más de lo previsto.