La crisis por la ola migratoria de cubanos y africanos que enfrenta el país será llevada a los órganos regionales de la OEA y la Celac, anunció esta tarde el presidente de la República Luis Guillermo Solís.
"Estamos considerando acciones diplomáticas en el frente latinoamericano, tanto en la OEA (Organización de Estados Americanos) como en la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), y esperaríamos que en los próximos días podamos desarrollar esa parte de nuestras obligaciones, porque este no es un problema de Costa Rica y de Panamá", dijo esta tarde Solís en conferencia de prensa en Casa Presidencial.
Las autoridades costarricenses adviertieron de que no tienen capacidad para dar albergue y refugio a los migrantes que insisten en ingresar a Costa Rica por la frontera con Panamá, lo que ha provocado una crisis humanitaria en el cordón fronterizo entre ambas naciones.
"No queremos ver a Costa Rica y Panamá convertidos en una suerte de Turquía de América Latina, en que las condiciones en que se encuentran los migrantes lleven a un desorden y a una situación general de violación a los derechos humanos que puedan tener impacto en nuestra propia estabilidad interna", dijo.
"No sabemos cuántos migrantes vienen de camino, el número se presume muy alto, y Costa Rica ha dicho que en esa materia no va a ceder en el sentido de que no vamos a abrir albergues a granel como lo hicimos con los migrantes cubanos", agregó Solís.
No obstante, el presidente insistió en que por ahora está todo bajo control, pero pidió comprensión porque "este es un problema que no se va a ir", y pidió a la población estar preparados para un trance "de largo aliento".
El mandatario recalcó que los órganos regionales deben entrar en el debate sobre el futuro de los miles de migrantes que se acomodan en las calles de Paso Canoas, frontera con Panamá, a la espera de una solución que, por ahora, el Gobierno no tiene.
Solís recalcó que su administración mantendrá la política de no permitir más paso de migrantes hacia Estados Unidos, en vista de las restricciones fronterizas en Nicaragua.
Además, sostuvo que el Estado no tiene los recursos para dar albergue a los migrantes, por lo que está descartada la apertura de nuevos centros de refugio.
La migración africana se acrecentó este año en vista de la crisis que se vive en Europa con respecto de estas poblaciones, señaló el presidente.
Por su parte, la directora de Migración, Katthya Rodríguez, recalcó que aplicarán las leyes migratorias, buscando la deportación de los migrantes indocumentados que se agrupan en la frontera y que ya suman unas 650 personas.
Para ello, el Gobierno espera abrir un centro de detención temporal para migrantes en condición irregular, a unos seis kilómetros de la frontera.