“¿Se quedó algún costarricense sin comer aguacate?”. Con ese cuestionamiento, el presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, defendió la decisión de su gobierno de mantener la prohibición a la importación del aguacate Hass mexicano, impuesta por la administración de su antecesor Luis Guillermo Solís, también del Partido Acción Ciudadana (PAC), en el 2015.
“Me queda claro que hay sectores aquí que defienden más a los aguacateros de México que a los productores de Costa Rica. ¿De qué lado estamos entonces? ¿Nosotros a quién defendemos? Esos que llaman proteccionismo, ¿de qué lado estamos? ¿De los bufetes, de las empresas o de los costarricenses?”, manifestó el mandatario.
Enseguida el presidente saliente reiteró, mientras levantaba su voz: “¡Alguien se quedó sin comer aguacate?”.
El aguacate Hass alcanzó altos precios en el país por causa de la restricción. Por ejemplo, en junio del 2021, el valor promedio, en los supermercados, llegó a ¢4.606 por kilogramo, de acuerdo con los monitoreos realizados por el Consejo Nacional de Producción (CNP).
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“Si a mí me ponen a escoger a defender los intereses de los productores fuera de Costa Rica o los intereses de las y los costarricenses y sus productores, yo sé claramente dónde estoy; estoy con los productores y las personas de Costa Rica. A nadie le faltó un aguacate.
“¿Alguien fue a preguntarle a los productores de Los Santos cómo les afecta esto? Yo creo que todos hablaron con los especialistas en comercio internacional ¿Y para quiénes trabajan?
“Esto del aguacate ha sido una lucha ideológica, con una oposición que tiene mucho galillo y que se siente en la posibilidad de doblar a los que no tienen galillo”, continuó el presidente.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) sentenció a Costa Rica al concluir que el país interpuso una restricción encubierta al comercio de esta fruta importada desde México. La medida fue discriminatoria, agregó el organismo.
El caso se originó cuando la administración Solís dejó de emitir permisos para la importación del aguacate Hass desde México (principal productor mundial) y de otros ocho mercados productores, por la supuesta presencia de un virus denominado Mancha del Sol o Sun Blotch en la fruta mexicana.
Para la OMC, en realidad esa fue una restricción encubierta en contra de los acuerdos de comercio internacional. Un panel de la Organización consideró como un objetivo legítimo proteger al país de una plaga, pero determinó que la fundamentación científica de la medida fue insuficiente y no se garantizó que las medidas se sustentaran en una evaluación adecuada de los riesgos.
El pasado 26 de abril, luego de conocerse el fallo del órgano internacional, el mandatario Alvarado aseguró que el país tiene la oportunidad de mantener el impedimento “conforme a los estándares internacionales”. El exministro de Agricultura y Ganadería de la administración Solís, Renato Alvarado, también defendió la medida.
En cambio, la futura ministra Laura Bonilla, designada por el presidente electo, Rodrigo Chaves, manifestó que se debe cumplir integralmente con el fallo de la Organización Mundial del Comercio, y aseveró que “si hay que ir y ofrecer disculpas, se va a hacer”.
El futuro jerarca de Comercio Exterior, Manuel Tovar, también dijo esperar que la administración Alvarado cumpliera con la sentencia.
