La literatura escribe la historia, y hace que la memoria perdure a través de la imaginación.
Lo que se consolida en Nicaragua es un modelo parecido al de Cuba en los años sesenta, por obsoleto que parezca, o como el de Corea del Norte, por absurdo que parezca.
Más que hacernos pensar en cualquiera de las novelas del viejo canon indigenista, ‘Los ríos profundos’ recuerda mejor ‘La ciudad y los perros’ de Vargas Llosa.
Orwell prevenía de que el orden totalitario pretende la reescritura del pasado.
La lengua me lleva a todas partes, me quita cárceles y destierros, y me libera.
Aun en su uniforme de presidiario, monseñor Rolando Álvarez es el símbolo más poderoso de Nicaragua.
Siempre me he sentido de una parte y de todas, y jamás me he visto como extranjero en ningún sitio de los míos.
Nunca fueron doblegados ni bajaron la cabeza frente a los jueces mequetrefes en las audiencias orwellianas.
El antídoto contra la locura está en poner en cuestión lo aceptado como verdad.
Un escritor trasciende porque siempre tiene algo nuevo que enseñar, como pensaba Italo Calvino.
La voz de la escritora Nélida Piñón dio un registro profundo a la compleja historia de Brasil.
El beisbolista nicaragüense Dennis Martínez, a la edad que tiene, sigue lanzando su ético juego perfecto.
Palabras dedicadas a Mircea Cartarescu, premio de literatura en lenguas romances otorgado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
El Cartel de Santa es una banda de rap de Nuevo León que pasa de los 10 millones de suscriptores en YouTube, y uno de sus éxitos está dedicado a la Santa Muerte.
La prohibición de los libros, de cualquier lado que venga, pretende cercenar la libertad de pensar y la libertad de imaginar.