En el país más feliz del mundo, la depresión es la principal causa para salir de la oficina con una boleta de incapacidad.
En el 2012, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) otorgó 133.000 días de incapacidad por depresión, lo que representó un gasto de más de ¢3.000 millones para esa institución.
Así lo confirmó el mapeo que realizó la Caja sobre las causas, centros de salud y número de las boletas de incapacidad que se entregaron el año pasado.
“La salud mental está afectando a los trabajadores ticos; no hay estudios que justifiquen el porqué de esa situación, pero hay que corregirla porque nos está saliendo muy cara”, dijo Rodrigo Bartels, coordinador de la Comisión Central Evaluadora de Incapacidades de la CCSS.
Según el estudio, los empleados del Ministerio de Educación Pública (MEP) son los que más se incapacitan, con un promedio de 20 días fuera del trabajo.
En total, se les concedió 448.000 días de incapacidad y se pagaron ¢7.139 millones por problemas de salud mental, ortopedia y males respiratorios.
Las cifras de la CCSS revelan que Coronado, Heredia y Alajuela son los cantones donde más se incapacita la población.
Costosa. La depresión encabeza la lista de diagnósticos más costosos que paga la CCSS, ya que por cada día otorgado las mujeres reciben un promedio de ¢11.000 y los hombres ¢9.000.
Entre las causas que apuntan los especialistas, se encuentran situaciones inadecuadas en el ambiente laboral, como el maltrato, la discriminación, la explotación o la descalificación.
“Por un lado, está el entorno laboral, y como segundo factor, están aquellas personas que trabajan en algo que no les gusta; entonces, siempre están pensando en aquello que les gustaría hacer. Esto puede provocar frustración”, explicó la psicóloga Amaryllis Quirós.
Aunque no hay una única causa que explique qué deprime a una persona, ni una sola técnica o medicamento para curarla, hay prácticas que podrían mejorar la salud mental de quienes trabajan.
“Se deben generar espacios de disfrute y liberación personal, que mejoren la calidad de vida. Es importante evitar que se reduzca la vida al trabajo”, recomendó Quirós.
A pesar del costo que representa esta enfermedad, la CCSS logró reducir el número de incapacidades prolongadas (de más de un año) en el 2012, lo que significó un ahorro de ¢3.500 millones en ese periodo.