En setiembre del 2018, la vida de Maricruz Leiva tuvo un parteaguas. La comunicadora se sometió a una intervención quirúrgica para hacerse una lipoplastía, pero la operación no salió bien y ella quedó al borde de la muerte.
Hoy, a sus 56 años, recuerda aquel momento como un cambio de visión del mundo. Estar en una cama de hospital, con la muerte acechándola, hizo que sus preocupaciones por el día a día cambiaran.
“Cuando pasás por algo así, te das cuenta que nada importa. Y lo digo en el mejor sentido de la palabra: el hecho de que hablen sobre vos, de que te deseen ciertas cosas... Nada de eso importa. Lo único que interesa es tu bienestar y el de los tuyos”, cuenta a Viva, cuatro años después de aquel suceso y a poco menos de un mes para el juicio en contra de la doctora que fue acusada por mala praxis.
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Una nueva vida
Aún, Leiva sigue siendo un rostro más que reconocible. Ella misma admite que es habitual que la paren en la calle para saludarla o pedirle una foto.
“A mí me sorprende porque han pasado más de cinco años desde mi última vez en televisión”, cuenta ella, refiriéndose a las transmisiones de toros en Repretel.
Pero su carrera ha ido más allá de eso.
Maricruz comenzó su carrera en el periódico Al Día, a comienzos de los noventa. Después pasó a la revista Cable y Entretenimiento, donde empezaría su interés en cubrir espectáculos y televisión.
Tras su buen trabajo, fue fichada a comienzo de los 2000 por Teletica, donde alcanzó popularidad gracias a ser presentadora de programas como 7 Estrellas, El Chinamo y los festejos de fin de año.
“Fue una época muy linda, yo la recuerdo con mucho cariño. Era lindo andar de fiesta, pasándola bien. Yo no juzgo nada de eso porque era muy bello, pero sí que desde entonces uno está expuesto a la esfera pública, a lo que la gente diga”, relata.
Cuando en el 2018 Leiva decidió someterse a una lipoplastía de espalda, brazos y abdomen asistida por láser, no faltaron comentarios y críticas en su contra. El hecho de ser una cirugía estética hizo que, con el auge de las redes sociales, recibiera mensajes de odio.
La operación salió mal (Leiva ha emprendido un proceso de denuncia legal contra la cirujana que llevó a cabo la lipoplastía) y, para la comunicadora, su mundo cambió desde entonces. En los días siguientes a la operación, Leiva tuvo signos de quemaduras de tercer grado. En medios de comunicación trascendió que la periodista había estado al borde de la muerte e incapacitada durante meses, con graves daños en su abdomen y espalda.
“Yo creo que de mí se ha dicho de todo”, dice, con la mirada tranquila. “Yo creo que lo único que no han dicho de mí es que soy puta. Me criticaron mucho por operarme, cuando yo fui una víctima. Yo siempre he cuidado de proteger a mi familia de todos esos comentarios nocivos”, agrega.
Leiva tiene 31 años de casada con Fernando Vilchez y tiene dos hijos: Marie Claire y Eric. Ella cuenta que, en más de una ocasión, al ver los ataques que proliferaban contra ella, debió sentarse con sus hijos para aclararle que ella “no tiene nada que esconder”.
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“Mi vida ha sido inspeccionada y se ha hablado de mí. Una cosa es que yo no le caiga bien a alguna gente, y todo bien con eso, pero otra cosa es que se inventen cosas. Por suerte mi familia siempre me ha apoyado y han entendido que son cosas que han venido con ser ese rostro conocido”, agrega.
Actualmente, Leiva dirige ML Comunicación y Mercadeo, su propia agencia que ofrece servicios de periodismo. Ella asegura ser feliz, vivir bien y que, aunque no siempre la cuenta bancaria está en su mejor momento, vive tranquila y sin preocupaciones.
“A mí me ha llegado gente a ofrecerme trabajos donde me prometen millones, pero yo no necesito nada de eso. Yo no quiero fama, no quiero ser millonaria, porque después de que sentí que la muerte me llevaba, eso no es relevante. Yo quiero vivir tranquila, sin preocupaciones. Ser feliz con mi familia”, asegura.
Leiva está a la espera de la resolución del caso. En agosto del 2022, la doctora de apellidos Fallas Guevara que la operó fue acusada por la Fiscalía por presunta mala praxis. Una mala praxis médica está tipificada como delito de lesiones culposas en el artículo 128 del Código Penal, que impone pena de prisión de hasta un año o hasta 100 días multa.
Para la periodista es importante este proceso para asegurar que ninguna otra persona sufra algo similar a lo que ella vivió y dice que no espera ninguna compensación monetaria.
“Yo espero y confio en los tribunales para que se haga justicia. Si vos me decís que si espero compensación o así, pues nada. Yo escojo mi paz. Cuando esto se elevó a la fiscalía, yo le dije a Dios que me diera mucha tranquilidad para afrontar todo esto. Quiero vivir tranquila y, como te digo, cargada de paz”, finaliza.