¿Las mujeres son graciosas? En el 2015, es una pregunta que suena ridícula. Aún así, la comediante Bonnie McFarlane se tomó muy en serio el cuestionamiento y produjo en el 2014 un documental llamado Las mujeres no son graciosas –disponible en Netflix–.
McFarlane, una pequeña comediante sin mucha fama, sienta en su documental a muchas otras mujeres para que opinen sobre los estereotipos. Comparten el espacio comediantes hombres, la mayoría admite –sin rastro de ironía– que concuerdan con la idea de que las mujeres no tienen lugar en el stand up comedy .
El debate es un círculo vicioso. Mientras existan pocas mujeres en la comedia, es improbable que el prejuicio se suprima.
El sexismo del gremio no detuvo a Joan Rivers, por ejemplo, de los críticos que en las décadas de 1960 y 1970 preferían hablar de su físico que discutir el contenido de su comedia.
En el 2014, mientras recibía de la revista Glamour el premio a la mujer del año, Schumer rindió homenaje a la recién fallecida comediante: “Uno de mis chistes favoritos de Joan Rivers es sobre autoestima. Ella dijo: ‘Ahora, mi método anticonceptivo es prender las luces’”.
Rivers se burlaba para otros desde sus cirugías plásticas hasta el eventual suicidio de su esposo. Schumer se burla sin temor de su cuerpo regordete, de su mala suerte para el amor y de las críticas que le han dicho repetidamente que ella misma no se merece su nueva fama.
El estilo cómico de Rivers –rápido, ácido y demasiado personal– resonó generaciones más adelante. Tomaron nota de esta práctica otras mujeres deseosas de destruir el estigma de que las mujeres no saben hacer reír.
Sarah Silverman, una comediante que también ha influenciado el estilo de Schumer, estuvo brevemente en el escenario del programa de NBC Saturday Night Live en los 90, y en el 2007 logró su propio show con la cadena Comedy Central –misma que ahora aloja a Schumer–.
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The Sarah Silverman Show relataba una versión ficticia de la comediante, una exageración de los atributos negativos de la comediante (incluyendo la verborrea de lenguaje obsceno).
Saturday Night Live , un básico de la comedia televisiva, ha luchado durante sus 40 años de transmisión con mantener una sana proporción entre comediantes de ambos géneros.
Jane Curtin fue la primera cómica en los años 70 que moderó para el programa el espacio de parodia noticiosa Weekend Update ; sin embargo, Tina Fey y Amy Poehler fueron en el 2004 las primeras mujeres que compartieron juntas el espacio. Ambas salieron del programa para dirigir sus propios y exitosos proyectos: Fey para en 30 Rock (2006-2013) y Poehler hacia Parks and Recreation (2009-2015).
Es evidente que Amy Schumer no es la primera mujer comediante con las agallas para oponerse al estereotipo que las mujeres no son tan graciosas, que la comedia es un negocio viril. No obstante, Amy Schumer es vital para que la lucha continúe.