Conocemos a Mía Gallegos como poetisa de larga trayectoria y como ganadora de premios nacionales y foráneos, pero esta vez nos ofrece un libro de cuentos y de prosa lírica: La deslumbrada, del que nos habla hoy.
–¿Cómo creó las tramas de sus cuentos?
–Acostumbro trabajar de una manera intuitiva en todos los géneros literarios que he practicado. En el caso de los cuentos, lo que más me cuesta es la definición de una trama. Por lo general, se me viene la idea completa de un personaje, y a partir de la creación de este empiezo a definir la trama.
–¿Hay continuidad entre este libro y sus obras anteriores?
– La deslumbrada se inició como un proyecto de prosa poética que luego fue cambiando, diversificándose. Las partes más poéticas del libro sí se relacionan con otros libros de poesía escritos antes, pero los cuentos son totalmente distintos de todo lo que he escrito y publicado. En realidad, yo no quise ceñirme a un género específico; más bien, quise escribir textos.
–¿En qué se diferencia este libro de los otros que ha publicado?
–Esta nueva publicación es de prosa narrativa y de prosa poética, y también incluye cuentos. Anteriormente yo había publicado prosa poética, pero no cuentos.
–¿Cuáles influencias sintió?
–En el libro hay mucho intertexto debido a las lecturas de mis autores favoritos; también existe una gran influencia de la vida, de personas, circunstancias: algunas me rodean, pero imaginé otras. Los escritores que más han influido en mí son los tres trágicos griegos, Charles Baudelaire, Jean-Paul Sartre, Albert Camus, María Zambrano y Jorge Luis Borges, entre otros.
–¿Tiene usted un “lector imaginario” para quien escribe?
–Sé que existe el lector ideal, y somos nosotros mismos mientras estamos en el proceso de creación. En la poesía sí tengo un lector imaginario, mas no así en la prosa.
–¿Presenta los originales a amigos antes de publicar un libro?
–Sí, valoro mucho las opiniones de amigos y amigas. Existen tres personas a quienes les doy a leer un libro antes de editarlo.
–¿Cuándo escribe?
–Prefiero escribir durante las mañanas. Generalmente escribo o corrijo durante dos horas. Algunas veces también escribo en las madrugadas. En las tardes y en las noches prefiero leer. Soy muy productiva en las mañanas.
–¿Pudo evitar la distracción?
–En general puedo trabajar sin mayores obstáculos. No me distraigo, aunque, a veces, cuando una idea está formándose en mi cabeza, paso por un gran desasosiego antes de poder empezar a escribir.
–¿Rehízo partes del libro?
–Mas que rehacer partes, eliminé textos que después de un tiempo no me gustaron o no me parecieron apropiados dentro del esquema que yo tenía del libro. Por ejemplo, quise buscar, en todo momento, una atmósfera de irrealidad, de manera que eliminé los textos que me parecieron muy realistas.
–¿Cuándo y cómo corrige?
–Yo corrijo eternamente porque, aunque el libro ya esté publicado, siempre pienso que había otras formas mejores y que valdría la pena cambiarlas. En realidad, en el trabajo de composición de un texto siempre estoy corrigiendo.
–¿Qué le costó más crear: ambientes, personajes, diálogos...?
–El mayor reto es el de crear una trama. Visualizo primero a los personajes, y esto se forma dentro de mí; lo demás surge con bastante fluidez.
–¿Qué cambiaría en el libro si debiera escribirlo nuevamente?
–No le cambiaría nada. Los libros son nuestros hijos; tienen nuestros defectos y virtudes, así que hay que aceptarlos como son.
–¿Le interesan las críticas?
–En el país solo se escribe crítica académica, en las universidades. Ellas se centran básicamente en la novela, no así en la poesía o en otros géneros. En realidad, es como si no existiera crítica del todo porque la que se realiza en las universidades va dirigida a un público muy selecto, formado en la academia, y no al grueso de la población.
”Normalmente, la sensación que una tiene es que los libros caen en un profundo vacío. Quisiera una toparse con un lector crítico, o al menos con un lector, pero esto es muy excepcional”.
–¿Qué libros le hubiera gustado escribir?
–La lista es extensa, pero la resumiré: Antígona, de Sófocles; El extranjero, de Albert Camus; Fuegos, de Marguerite Yourcenar; Diotima de Mantinea y La tumba de Antígona, de María Zambrano; Ancho mar de los sargazos, de Jean Rhys,
–¿Cuáles son sus autores preferidos?
–Sófocles, sSor Juana Inés de la Cruz, Jorge Luis Borges, Carl Gustav Jung, María Zambrano, Vicente Huidobro, Dámaso Alonso y Charles Baudelaire.