El italiano Emiliano Antonelli tiene amplia experiencia en restauración y conservación de obras de arte y monumentos. Su especialidad es precisamente el trabajo en piedra y mosaico.
En el 2001 fundó el Consorcio Croma (Conservazione e Restauro Opere e Monumenti d’Arte), con sede en Roma. Esta empresa ha prestado servicios de restauración y conservación a importantes instituciones culturales en Italia y también en Egipto.
Por sus manos han pasado pinturas, piezas en cerámica, así como esculturas en madera, piedra, bronce y metales preciosos de la colección de los museos del Vaticano y el Museo de la Oficina del Tesoro, en Roma.
Existe una idea equivocada de que la piedra es muy resistente y nada puede destruirla, pero eso es falso. Como cualquier otro material, la piedra está expuesta a diferentes condiciones del ambiente que la rodea, las cuales pueden causar deterioro. Sin embargo, la composición homogénea de la piedra facilita el proceso de restauración.
En general, las esferas están en condiciones graves , pero sus enfermedades son curables. Cada “paciente” es un caso único; así es que es necesario un tratamiento individualizado según los males que presenta. Después de este diagnósticos se deben hacer experimentos para comprobar cómo reaccionan en la piedra los productos recomendados para la restauración.
Sí. Lamentablemente, hay esferas en muy mal estado, como la que está ubicada en finca El Silencio (Osa). Este es el monumento de piedra en forma esférica más grande jamás creado por una civilización antigua y es necesario conservarlo. Mide 2,57 metros de diámetro y pesa cerca de 26 toneladas. Presenta daños por exfoliación, erosión, biodeterioro, fisuras y desprendimientos de fragmentos.
Sin duda alguna son piezas que merecen ser incluidas en la lista de patrimonio mundial de la Unesco porque son obras excepcionales tanto por el complicado proceso de de fabricación como por su significado. Tienen un gran valor estético, cultural, pero lo más importante es su valor simbólico.