El volcán Rincón de la Vieja dejó el reposo de cinco meses y entre el 29 de mayo y el 2 de junio registra tres erupciones leves, sin que hasta el momento se pueda determinar con certeza si van a marcar o no un nuevo ciclo eruptivo.
De acuerdo con Javier Pacheco, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), las tres recientes erupciones freáticas podrían tener su origen en una burbuja residual de gases del anterior ciclo eruptivo, que tuvo unas 1.400 erupciones entre enero y diciembre del 2020.
El pasado sábado 29 de mayo ocurrieron las dos primeras erupciones de este año a las 10:16 p. m. y a las 10:58 p. m., mientras que la tercera ocurrió el martes 1.° de junio a las 5:25 a. m., pero por las condiciones de nubosidad no se pudo medir la altura de la pluma.
Las tres han tenido una duración aproximada a los dos minutos, según lo captado por los instrumentos del Ovsicori en las faldas y la cima del volcán.
“No hemos visto evidencias de que este sea un nuevo ciclo, pues generalmente cuando empieza un nuevo ciclo, hay una deformación del edificio volcánico debido a la intrusión magmática, pero en este caso no se ha visto todavía”, explicó Pacheco.
Aunque puede ser que tome un tiempo para que eso ocurra, por ahora habrá que esperar la evolución.
Si fuera un nuevo material magmático que asciende a lo interno, los científicos habrían percibido el cambio en la superficie, pero por ahora parece obedecer a un residuo de la constante actividad que tuvo el año pasado.
El tremor o sismicidad de fondo sigue presentando energía en un rango de frecuencias normales.
El más activo
Con una altura de 1.916 metros sobre el nivel del mar y situado entre Liberia de Guanacaste y Upala de Alajuela, el Rincón de la Vieja es el más activo de nuestro país en la actualidad.
Los vecinos de Aguas Claras y Dos Ríos de Upala, que son quienes suelen percibir en las aguas de ríos y quebradas el paso de material volcánico, no han visto señales de material emanado desde la laguna cratérica, pues fue hasta el 2 de junio, después de un fuerte aguacero, que notaron un poco de ceniza en el agua, pero no se sabe si es material viejo.
“Yo dudo que haya salido material de las recientes erupciones, porque no fueron muy grandes”, dijo Pacheco.
El científico descartó que la llegada de la estación lluviosa influya en nuevas erupciones, pues estas se deben a procesos muy profundos a lo interno del volcán, que no son afectados por lo que ocurre en la superficie.
Lo único en que influyen las lluvias es en el llenado del lago en el cráter, el cual al final del año pasado había bajado bastante y ahora se espera que recupere su nivel.
La sismicidad sigue muy baja y de magnitud pequeña, comparada con la del año pasado.
Por ahora el Rincón de la Vieja es el único de los volcanes activos que mantiene un tremor de fondo activo y algunas erupciones pequeñas.
El año pasado hubo varias erupciones freatomagmáticas fuertes y algunas generaron corrientes de materiales por quebradas y ríos cercanos.
Pacheco recordó que las erupciones freáticas son las que ocurren cuando residuos de magma o gases magmáticos entran en contacto con el agua caliente atrapada bajo la superficie.
A raíz de ese contacto, el líquido rápidamente se convierte en vapor, expandiéndose y rompiendo violentamente la roca confinante.
El agua hirviendo, vapor, barro y fragmentos de roca son eruptados y lanzados sobre un área que puede ir desde unos pocos metros, hasta varios kilómetros desde el cráter.
Pacheco recordó que ese tipo de erupciones no presentan signos precursores, de modo que suceden en cualquier momento, por lo que alertó a quienes suelen entrar a la zona de los cráteres, cuyo acceso está prohibido, pues el material hirviendo puede causar serias lesiones y hasta la muerte a quienes estén cerca.
“Incluso se puede estar a un kilómetro de distancia, que si ocurre una de estas erupciones, el volcán lanza fragmentos de roca, agua caliente y gases tóxicos a gran velocidad. Si una persona es impactada por un balístico, puede perder la vida”, dijo.
Sismo en Panamá dificultó lectura
La más reciente erupción ocurrió solo cuatro minutos después de un fuerte temblor de magnitud 5,5, ocurrido en la costa del Pacífico panameño el 1.° de junio a las 5:21 a. m.
El paso de las ondas de ese sismo, que también se sintió en nuestro país, dificultó la lectura de las otras ondas generadas por la erupción del Rincón de la Vieja, a las 5:25 a. m.
Según Pacheco, al ser un sismo tan grande, ocultó la señal de la erupción, por lo que solo con un análisis más detallado que hicieron después en los registros particulares del coloso, se constató la erupción.
“Un sismo grande, como el ocurrido en la fractura de Panamá, provoca muchas ondas que persisten en los registros, pues la oscilación sigue aún después del evento, lo cual oculta las señales pequeñitas de los volcanes”, explicó.
A raíz de eso tuvieron que analizar por separado las frecuencias. “Ambas son muy diferentes y al separarlas se pudo constatar la erupción de aproximadamente dos minutos”, puntualizó.