La Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes señaló que está por finalizar la investigación en contra de un sacerdote, quien supuestamente abandonó a su sobrino en el desierto de Arizona, Estados Unidos, en junio del 2018.
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La información fue confirmada luego de que este medio consultara sobre el expediente 18-00031-1321-PE que se tramita en contra del hombre, apellidado Brenes Villalobos y de 48 años, por los delitos de tráfico ilícito de migrantes y abandono de incapaz.
Se presume que el cura, detenido en noviembre del 2019, dejó al niño en ese sitio para que “alguien” lo recogiera y lo llevara a donde su mamá, quien, para ese momento, residía en Nueva York en condición migratoria irregular.
“Este caso se encuentra en la fase final de investigación, por lo que no es posible brindar más detalles, en apego al artículo 295 del Código Procesal Penal”, señaló el ente acusador en un correo electrónico.
Se les consultó que dentro de cuánto se podría conocer cuál será la solicitud fiscal que se hará ante el Juzgado Penal, pero señaló que “no es posible precisar ese detalle, pues depende de cada diligencia que se requiera en esta última etapa”.
La legislación costarricense castiga el tráfico ilícito de migrantes con una pena de seis a 10 años de prisión, mientras que el abandono de incapaces es sancionado con entre seis meses y tres años de cárcel.
Supuesto abandono
Este caso se remonta al 19 de junio del 2018, cuando las autoridades estadounidenses encontraron a un niño de 6 años en el desierto de Arizona, cuando la temperatura llegaba a los 38 grados Celsius.
Según la Policía de ese país, el menor portaba su certificado de nacimiento, así como un papel con varios números de teléfono de parientes en Costa Rica.
Indicaron, además, que el menor decía que allí lo había dejado “un tío”, quien le dijo que alguien lo iría a recoger y le ayudaría a encontrar a su mamá.
Mientras las autoridades resolvían la custodia del menor en suelo estadounidense, también se comenzaron las pesquisas, las cuales permitieron establecer que supuestamente Brenes fue quien lo llevó hasta la ciudad de Hermosillo en el estado mexicano de Sonora, a 287 kilómetros de la frontera con Estados Unidos. Ahí lo habría abandonado.
Un día después, el 20 de junio del 2018, Brenes, quien también es abogado, ingresó nuevamente a Costa Rica, según el reporte de la Dirección de Migración y Extranjería.
Con las conexiones plenamente realizadas, la Policía Profesional de Migración procedió con su captura, la cual se realizó el 6 de noviembre del 2019 en Sardinal de Carrillo, Guanacaste, exactamente frente a la casa cural.
Luego, fue llevado al aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia, desde donde fue trasladado vía aérea al aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas, San José.
Una vez en la capital, fue movilizado al Juzgado Penal de Turno Extraordinario del Primer Circuito Judicial de San José para la audiencia de medidas cautelares. El juez decidió dejarlo libre y sin medidas; un fallo que fue apelado por la Fiscalía de forma inmediata.
En diciembre del 2019, en la audiencia de apelación, el Tribunal de Juicio del Primer Circuito Judicial de San José cambió la situación jurídica al cura y le impuso prohibición de salir de Costa Rica, firmar una vez al mes en la Fiscalía de Liberia y no tener contacto con el menor de edad ni sus familiares.
Esta situación provocó, además, que el obispo local, Manuel Eugenio Salazar Mora, decidiera en noviembre del 2019 removerlo de sus ocupaciones como párroco, para que pueda disponer de todo el tiempo necesario para hacerle frente al proceso penal.
Asimismo, la Diócesis de Tilarán–Liberia indicó que, pese a que desconocía detalles del caso, estaba a disposición de las autoridades para facilitar la investigación.
Se intentó obtener una versión de la Diócesis a un año de la detención, pero no fue posible.
Se desconoce paradero
En paralelo a la investigación penal, una vez que hallaron al menor, la cónsul general de Costa Rica en Los Ángeles, Mabel Segura, y la cónsul honoraria en Arizona, Carmen Bermúdez, gestionaron el traslado del niño al albergue Cayuga Center, ubicado en el barrio neoyorquino de El Bronx, donde permaneció desde entonces, a la espera de una resolución de las autoridades norteamericanas.
En octubre del 2018, le entregaron la custodia del menor a la mamá y, casi un año después, la Cancillería indicó que no volvió a tener comunicación con la mujer, por lo que “no podríamos afirmar si se encuentran en Estados Unidos, en Costa Rica o en un tercer país”.
Dos años después, no fue posible conocer si la mujer regresó al país con el menor.