El sacerdote sospechoso de abandonar a su sobrino de seis años en el desierto de Arizona, Estados Unidos, deberá cumplir con tres medidas cautelares.
Así lo dispuso el Tribunal de Juicio del Primer Circuito Judicial de San José este viernes, durante una audiencia en la que el Ministerio Público solicitó que al cura se le impida salir de Costa Rica, firme una vez al mes en la Fiscalía de Liberia y no tenga contacto con el menor de edad ni sus familiares.
Todas las peticiones contra el hombre, de apellidos Brenes Villalobos, fueron acogidas.
El religioso figura como sospechoso del delito de tráfico ilícito de migrantes y abandono de incapaz. De acuerdo con la Policía Profesional de Migración, la magnitud del daño causado fue fundamental para la imposición de las medidas.
“(...) se consideró la magnitud del daño causado, ya que el desierto de Arizona es catalogado como la zona más peligrosa para los inmigrantes que intentan llegar a los Estados Unidos de manera irregular, por su terreno remoto, duro y un clima impredecible”, precisó Migración en un comunicado de prensa.
El tráfico ilícito de migrantes es castigado con una pena de seis a 10 años de prisión, según el artículo 249 de la Ley contra la Trata de Personas y Creación de la Coalición Nacional contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas (Conatt), que establece ese castigo cuando el migrante es menor de edad y se ponga en peligro su vida o salud.
En tanto, el abandono de incapaces es sancionado con entre seis meses y tres años de cárcel, de acuerdo con el artículo 142 del Código Penal.
El caso
Brenes, quien también es abogado, fue detenido el 6 de noviembre anterior frente a la casa cural de la parroquia de Sardinal de Carrillo, Guanacaste.
Desde allí lo llevaron al aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia, donde se coordinó un traslado aéreo hasta el Tobías Bolaños, en Pavas, San José.
Un día después, se informó de que el Juzgado Penal de Turno Extraordinario del Primer Circuito Judicial de San José lo había dejado libre y sin medidas cautelares, por lo que la Fiscalía presentó una apelación.
Los hechos acusados se remontan al 19 junio del 2018, cuando las autoridades estadounidenses encontraron al niño, según informó la Fiscalía este miércoles. Inicialmente, se había dicho que el hallazgo fue el 21 de ese mes.
Los oficiales que ubicaron al menor en Lukeville, Arizona, precisaron que este portaba su certificado de nacimiento y un papel con varios números de teléfono de parientes en Costa Rica, los cuales permitieron realizar una identificación.
Según la pesquisa, Brenes llevó al niño hasta el estado mexicano de Hermosillo de Sonora, a 287 kilómetros de la frontera con Estados Unidos. Ahí lo habría abandonado.
El 20 de junio, Brenes ingresó nuevamente a Costa Rica.
Tras la captura, la Diócesis de Tilarán–Liberia indicó que estaba a disposición de las autoridades para facilitar la investigación y dijo desconocer detalles del caso.
Además, el 6 de noviembre, el obispo local, Manuel Eugenio Salazar Mora, anunció que decidió remover al sacerdote de sus ocupaciones como párroco, para que pueda disponer de todo el tiempo necesario para hacerle frente al proceso penal.
El caso se sigue dentro del expediente 18-00031-1321-PE.
Encuentro con madre
Más de dos meses después de ser ubicado en el desierto y de permanecer bajo la custodia de las autoridades de Estados Unidos, el niño tico fue entregado a su mamá, quien para ese momento residía en Nueva York en condición migratoria irregular.
Cuando el pequeño fue ubicado por la Policía de Fronteras estadounidense, la temperatura llegaba a los 38 °C y él contó que lo había dejado allí “un tío”, quien le dijo que alguien lo iría a recoger y le ayudaría a encontrar a su mamá.
Tras el hallazgo, la cónsul general de Costa Rica en Los Ángeles, Mabel Segura, y la cónsul honoraria en Arizona, Carmen Bermúdez, gestionaron el traslado del menor al albergue Cayuga Center, ubicado en el barrio neoyorquino del Bronx, donde permaneció desde entonces, a la espera de una resolución de las autoridades norteamericanas.
Allí recibió visitas de su mamá dos veces por semana.
El 5 de setiembre del 2018, la Cancillería precisó que la familia debía someterse a un proceso migratorio que determinara si podrán quedarse en Estados Unidos con algún permiso de residencia.
En setiembre de este año, ante nuevas consultas de La Nación, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto indicó que los consulados en Arizona, Los Ángeles y Nueva York le dieron seguimiento y acompañamiento al caso hasta que el menor se reencontró con su mamá.
“Una vez que se constatara que el menor se encontraba en buen estado de salud y fuera entregado a la custodia de la madre, la decisión de mantenerse en contacto o solicitar colaboración con nuestros consulados en Estados Unidos era de la madre, quien al parecer no volvió a comunicarse con ninguno de nuestros consulados, por lo que no podríamos afirmar si se encuentran en Estados Unidos, o bien si se están en Costa Rica o en un tercer país”, dice una respuesta escrita de la Cancillería.
El Ministerio agregó que el consulado en Nueva York mantuvo comunicación con la señora unos días después de que el menor fue entregado, en octubre del 2018, pero que después de eso, "la madre no volvió a tener contacto con nuestras oficinas”.
La ruta hasta el desierto de Arizona
Sacerdote dejó solo a sobrino
FUENTE: MIGRACIÓN Y MINISTERIO PÚBLICO. || c.f. / LA NACIÓN.