"Aprender a bailar bajo la lluvia", mencionó hoy la psicóloga Marianela Esquivel Ocampo en un intento por resumir lo que un enfermo de cáncer y su familia deben hacer cuando se recibe el diagnóstico y se comienza a lidiar con esa enfermedad.
Marianela Esquivel participó esta mañana en un videochat sobre el tema, realizado en nacion.com y a cuyo contenido completo usted puede tener acceso en
"Aprender a bailar bajo la lluvia"... ¿qué significa? Entre otras cosas, intentar sonreír, incorporar el humor al diario vivir, abrir las ventanas y dejar que entre la luz, escuchar música y conectarse con los seres queridos de una manera especial, a pesar del diagnóstico de cáncer y de todo el dolor físico que esta enfermedad pueda traer a la vida. Es, en otras palabras, lidiar positivamente con una situación que podría considerarse negativa.
Al enfermo y su familia se les recomienda no ocultar el tema: se debe hablar sobre el cáncer y dejar que el enfermo –sea que tenga o no un pronóstico reservado de vida– exprese los temores y ansiedades que le produce lidiar con el cáncer.
Ni a los niños ni a los ancianos es conveniente ocultarles qué pasa en la familia. Buscando el espacio y el momento adecuados, hay que hablar de la enfermedad, ya sea que ellos sean los enfermos o que el cáncer afecte a otro miembro de la familia.
Así que el primer consejo de oro para sobrellevar el cáncer es la comunicación clara entre los miembros del hogar. Esquivel explicó que el abordaje puede variar si se trata de un enfermo con un buen pronóstico –a quien se le detectó a tiempo el cáncer y cuyo tipo de tumor no entraña mayores riesgos para la vida–, o si es un caso terminal –aquella persona que enfrenta un cáncer en etapas avanzadas y con poca o escasa expectativa de sobrevida–.
En la primera situación, la posibilidad de curación en el mediano o largo plazo inyecta una dosis de energía diferente en el paciente y sus familiares. Sin embargo, cuando se trata de un cáncer agresivo o en etapa terminal, la situación se torna más compleja pues la posibilidad de muerte llena el ambiente de zozobra y tristeza.
La familia debe organizarse, en especial cuando se trata de un paciente en fase terminal o con un diagnóstico médico reservado. En todo momento, debe considerarse el punto de vista del enfermo. Por ejemplo, en los tratamientos a seguir. Si la familia inmediata quiere apoyar verdaderamente, debe poner oídos atentos a lo que el enfermo exprese, respetando su espacio.
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