Redacción
De la pasión de un comerciante por el desaparecido 'papifútbol' nació Grupo Line, el equipo de fútsal que sacó su billetera para contratar a futbolistas y destronar a Borussia, el máximo referente de la disciplina en el país.
El método utilizado por don Carlos Mora, un empresario del área inmobilaria, fue tan exitoso como polémico. Ofrecer salarios, algo inusual en el fútsal costarricense, y contratar a la base de los jugadores de la Sele, le permitió armar un equipo muy competitivo, que acabó dejándose el título nacional en su primer año de existencia.
Su método crispó los ánimos entre el empresario y el resto de equipos, que vieron cómo algunos de sus mejores futbolistas abandonaron sus clubes para firmar con Grupo Line.
"Yo creo que pagar por lo que ellos hacen es darle un valor al deporte. Nos han criticado de que yo le robo jugadores a los equipos, pero lo que yo hago es empezar a profesionalizar el deporte", afirmó Mora.
El empresario le ofreció a cada uno de sus pupilos un contrato de un año, por el que reciben un aporte mensual. Sin embargo, ningún jugador gana más de ¢150 mil.
Aunque parece poco, el fútsal en Costa Rica aún no es un deporte profesional, por lo que esta suma de dinero seduce a los futbolistas a dejar sus equipos de formación en busca de una mejor remuneración.
Diego Zúñiga y Christopher Molina (provenientes de Borussia); Alejandro Paniagua y Álvaro Santamaría (Barrio Peralta) y Víctor Fonseca y Yariel Sandí (Goicoechea), son algunos de los jugadores de la Tricolor Mayor que se inclinaron por dejar sus equipos y vestir la camiseta de Grupo Line.
Después de una reñida final frente a Borussia, el novel equipo ganó su primer título.
Según Mora, su intención en el mediano plazo es construir un gimnasio en Desamparados y desarrollar una plataforma de liga menor que le permita generar a sus propios futbolistas.
"Siempre he sido un apasionado de este deporte y por ahí es donde viene la idea. Desde que compré el club, me prometí ser protagonista y quedar campeón, y el próximo año queremos más", agregó Mora.
Crítica. La fórmula de éxito de Grupo Line ha sido cuestionada por sus rivales, en gran medida, porque consideran que no favorece al crecimiento del deporte, y por el contrario, disminuye la competitividad de la Liga.
Esteban Jiménez, fundador de Borussia, club con la cantera más prolífera del país, asegura que en una disciplina semiprofesional como el fútsal no es adecuado desarmar a los rivales para pelear por el título.
El entrenador cree que este club no le genera ningún beneficio al país, pues no aporta figuras propias a la Sele.
"Para mí, el riesgo de lo que está ocurriendo es que los equipos van a empezar a vender sus franquicias al no poder competir. Como les quitan sus futbolistas, no pueden competir. ¿Está listo el fútsal para eso?", comentó Jiménez.
El dirigente puso como ejemplo a Barrio Peralta que, según él, está vendiendo su franquicia debido a que Grupo Line le desarmó el equipo al fichar a sus mejores jugadores.
La rivalidad entre Borussia y Grupo Line augura la existencia de un nuevo clásico en el fútsal.
Dos propuestas distintas pero muy visibles en el mundo del deporte: el equipo que saca la cartera para invertir, contra el que apuesta por la generación de sus propias figuras.
Por si fuera poco, Grupo Line aspira a instalarse en Desamparados, territorio en el que se forjó Borussia y donde es una de las referencias deportivas de la comunidad.
"El pleito lo hacen ellos (Borussia), no les gusta que un equipo de seis meses le haya ganado a uno que tiene tantos años en esto del fútsal", concluyó Mora.