Álvaro Saborío habla con sus amigos, les confiesa con una sonrisa en su rostro que se siente bien. Sí, ahora disfruta del fútbol como el juego que es, divirtiéndose y sin presiones, pero sí con la ambición de un joven de 20 años por alcanzar el campeonato y sumar metas, una de ellas llegar a los 100 goles en Primera División.
En su juego 161 en el fútbol profesional tico, el domingo ante Limón, el atacante consiguió su gol número 97. Por esas cosas de la vida, ahora tendrá enfrente al único equipo con el que había jugado en la máxima categoría tica: Saprissa.
"Ayer hablaba con un amigo y siento la misma ilusión de cuando debutaba con Saprissa, siento nerviosismo, siento bonito, además tengo ansiedad por anotar goles. Es una sensación que a mi edad yo estoy contentísimo de seguirla teniendo", explicó el jugador de 36 años.
El artillero de la Asociación Deportiva San Carlos disfruta de cada oportunidad que le da la vida de volver a un terreno de juego domingo a domingo, después de que acepta que a mediados del 2017 iniciara una aventura con dudas, sin tener claro si volvería a recuperar el gusto por correr detrás de una pelota.
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En los Toros del Norte, el romperredes encontró un camerino que lo respeta, que le da su lugar. También halló jóvenes interesados en su experiencia como legionarios y en imitar su calidad como goleador.
“La parte del camerino es el respeto que me tienen, es que se me acercan y me preguntan, además me piden un consejo, me ven como ejemplo; entonces uno dice, ‘hijuepucha, a uno lo admiran’ y uno cae en cuenta que debe tener esa responsabilidad de la buena formación para los que vienen atrás”, declaró.
Vivir en su finca, con sus hijos, esposa y animales, tiene al exjugador del Real Salt Lake de la MLS a tope. Aunque parezca contradictorio: alejarse del fútbol luego de las horas que le dedica por trabajo lo llenan de paz de cara a los retos deportivos.
"Sí sirve como distracción, yo entro ahí (a la finca) y me desentiendo y eso me ha ayudado a estar más tranquilo, también a tomar mejores decisiones. La verdad me siento muy contento", añadió.
Así, el traslado entre el estadio y su casa es el lapso para pensar en lo deportivo, luego se centra en conseguir abono, aserrín, entre otros cuidados que debe darle a su lugar feliz, ese que le quita la pelota de la mente.
Sabo inició con el pie derecho su regreso a la máxima categoría, luego de que en febrero del 2017 anunciara sorpresivamente su retiro lleno de desazón, no por las críticas de la gente, sino, como buen cacique familiar, para proteger a los suyos.
"Ellos pueden sufrir en algún momento y de ahí se toman decisiones, también pensando en el estado de ánimo mío y no voy a hacer que mi familia sufra por mí", recalcó a inicios del año pasado.
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Ahora, año y cinco meses después, el depredador del área encontró su zona segura, en la que puede volver a sentirse niño con una pelota y no preocuparse por cómo estarán sus familiares en la gradería, porque sabe que en su pueblo están bien. Nadie la arremeterá con insultos contra él y los suyos.
Sabo ve a Saprissa como cualquier rival y como su trabajo es anotar goles, de una vez avisa que va con todo y que le encantaría sumar ese gol 100 en la jornada dos.
-¿Significa algo especial enfrentar a Saprissa ahora por torneo nacional y tener el chance de llegar a 100 goles?
"Me gustaría celebrar el gol 100 ante Saprissa, es el rival que sigue. Claro que hay algo especial por enfrentar a Saprissa, porque ellos me dieron mucho a mí y yo mucho a ellos, entonces al final se acabó un ciclo y quedó agradecimiento de ambos lados", detalló.
Pese a que tiene hambre por marcar, el goleador es enfático en que no hay resentimiento alguno con la afición tibaseña por su último capítulo vestido con la camisa de la S.
El ofensivo dejó un claro mensaje a los morados:
“Apoyen a Saprissa, pero obviamente si tengo la opción de marcar, no la voy a dejar ir”, finalizó.
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Álvaro espera un estadio Carlos Ugalde a reventar, con una afición sancarleña ilusionada y lista para dar el primer batacazo del certamen: vencer al actual monarca.
Golazo. Saborío contó que luego de la primera jornada ante Limón, vio varias veces su anotación y la calificó como un verdadero golazo.
Para el experimentado deportista, la forma en que bajó la esférica y remató llevan una gran dificultad técnica que él pudo sortear.
“Yo recuerdo que había hecho uno a El Carmen y otro a Liberia, pero no de tan lejos. Ya he visto el gol varias veces y me parece un golazo, por como se dio la jugada, la recepción y que me quedó orientada y así pude tirar”, describió.