¿Hay dos personas gobernando Costa Rica? ¿Ambas con el mismo nombre? Lanzamos la pregunta por la extrañeza que provoca la contradicción en el discurso y hechos recientes del presidente de la República.
Por un lado, el mandatario Carlos Alvarado hizo una gira de trabajo a los Emiratos Árabes Unidos en los primeros días de diciembre para promover a Costa Rica como destino de inversión, especialmente, en “economía verde y azul”, según detalló la Casa Presidencial en un comunicado.
De acuerdo con una nota de La Nación, del 3 de diciembre, Alvarado tenía una cita en “la ciudad ecológica de Masdar para discutir sobre la inversión en desarrollo de hidrógeno verde y la diversificación de la matriz limpia de energías con proyectos solares y eólicos”.
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Hasta aquí, vemos un presidente comprometido con las energías limpias, lo cual, además, coincide con los objetivos de descarbonización que tanto ha pregonado este gobierno dentro y fuera del país (incluida la reciente cumbre del clima en Glasgow, Escocia, ante líderes de todo el planeta).
El mismo presidente que aboga por atraer inversiones en energía limpia, sin embargo, ignora de manera sistemática las solicitudes que los productores privados hemos hecho reiteradamente este año, dada la apremiante situación del sector, que está ocasionando cierres de plantas.
Porque sí, en la Costa Rica que se promociona como un destino de inversión “verde”, las instalaciones de energía limpia están cerrando debido a la decisión unilateral del ICE de no comprarles más electricidad.
Seis plantas debieron desconectarse en los últimos meses y una sétima corre el mismo peligro a corto plazo.
Se trata de energía renovable que se produce al menor costo, según un estudio de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep), publicado este año (lo cual, en un mercado funcional, significa mejores tarifas).
Existe un proyecto de ley —el expediente 22561— que posibilitaría a esas plantas una salida para seguir operando, pues las autoriza a colocar la energía en el mercado centroamericano, imposible en estos momentos por las restricciones de ley.
La administración Alvarado, sin embargo, decidió no convocar el proyecto en las sesiones extraordinarias, pese a las reiteradas solicitudes para que lo hiciera y se le volvió a plantear a la ministra de la Presidencia el 8 de diciembre.
La amenaza de desconectar plantas supone un enorme problema de seguridad jurídica que, creemos, la delegación costarricense omitió mencionar en los Emiratos Árabes Unidos.
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Celebramos la posible llegada de más inversión al mercado energético; sin embargo, en el país, hay empresarios que hace décadas hicieron tal esfuerzo y actualmente sufren, junto con los trabajadores, la zozobra de ver que el gobierno les da la espalda, ya que ni siquiera es capaz de enviar un proyecto a la corriente legislativa.
¿Cómo entender tal contradicción: un presidente que busca inversión en electricidad limpia fuera del país y al mismo tiempo ignora a los empresarios que ya la generan? A los productores de energía nos gustaría explicarle esto en persona.
A lo mejor habrá que pedirle una cita, pero en Abu Dabi.
Claudio Volio Pacheco y Salomón Lechtman Koslowski son expresidentes de la Asociación Costarricense de Productores de Energía (Acope).