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El proyecto 23383 de marihuana recreativa no tiene apoyo. Foto: MSP con fines ilustrativos.
El Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), la Policía de Control de Drogas (PCD) y la Asociación Costarricense de Psiquiatría se manifestaron contra el proyecto de ley para legalizar la marihuana recreativa. El IAFA comenzó por criticar el título porque, según su criterio, atribuye a la droga cualidades positivas y crea confusión.
El Instituto Costarricense sobre Drogas (ICD), adjunto al Ministerio de la Presidencia, evitó emitir un criterio abiertamente crítico, como era de esperar, dado el origen gubernamental del proyecto de ley, pero aun así no se mostró entusiasta y pidió destinar parte de los impuestos sobre la marihuana a las arcas de la institución para atender las nuevas obligaciones derivadas de la ley.
Con esa formidable oposición y la proveniente de agrupaciones religiosas y otros grupos de ciudadanos, es difícil comprender la permanencia del proyecto en la modesta agenda legislativa del gobierno. Quizá esté ahí porque ningún otro esté listo para ocupar el espacio, pero constituye una distracción y, si avanza, será un flanco de ataque para la oposición.
Según el IAFA, la legalización puede estimular el consumo diario, con significativas consecuencias para la salud. En los países donde se legalizó el cannabis, dijo Wendy Castro, directora interina de la entidad, el costo de la droga se redujo y su potencia aumentó, con riesgos para el consumidor.
Para competir en un mercado abierto, los traficantes comercializan variedades con alto contenido de tetrahidrocannabinol para aumentar el consumo del psicoactivo en un solo cigarrillo. El fenómeno ya es palpable en la droga comercializada de forma clandestina y el IAFA teme la expansión motivada por la competencia con la marihuana lícita.
Según Castro, la legalización no dio los resultados prometidos en otros países y el nuestro debe abstenerse de ser un “experimento social mundial”. En particular, rechazó la autorización del cultivo para autoconsumo porque expone a los menores al contacto con la planta. La idea fue excluida de la ley de marihuana de uso medicinal por el mismo motivo, luego de un veto parcial interpuesto por el presidente Carlos Alvarado.
Michael Soto, jefe de la Oficina de Planes y Operaciones (OPO) del OIJ, informó a los diputados de que estudios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) refutan la teoría de que la legalización reduce los delitos violentos y contra la propiedad. Costa Rica, agregó, seguirá en la ruta de las exportaciones de Colombia, Ecuador y Jamaica hacia Estados Unidos, por lo cual el tráfico internacional tampoco se detendrá. La PCD coincidió de pleno con el OIJ.
Para el presidente de la Asociación Costarricense de Psiquiatría, Francisco Gólcher Valverde, la marihuana es “una de las drogas más peligrosas” porque causa problemas de salud física y mental. El médico señaló la necesidad de un proceso educativo antes de dar el paso de la legalización. “Nosotros no somos como California, donde se vende al por mayor a todas las personas; no tenemos esas condiciones”, indicó.
La ley de cannabis de uso medicinal fue mucho menos polémica, por sus fines y por la posibilidad de participar en un mercado internacional de decenas de millones de dólares anuales. Son razones mucho más potables que la simple recreación. El país se mostró preparado para la ley aprobada, pero no para la propuesta.
Todavía no se zanja el debate sobre los efectos de la legalización en países como Uruguay, primero en Latinoamérica en aprobar la medida. Pasados algo más de cinco años desde la legalización, en el 2021, solo el 27 % de los consumidores adquieren la droga de forma legal. El mercado negro continúa siendo el principal proveedor debido a la facilidad de la compra, la variedad del producto y el anonimato, pero, principalmente, por la potencia de la droga ofrecida por los traficantes ilegales.
Otros efectos de la legalización están bajo discusión y la experiencia no ofrece argumentos contundentes para acreditar los beneficios. Quizá lo más importante es impedir el encarcelamiento o procesamiento de quienes son sorprendidos con pequeñas cantidades para su consumo. Costa Rica ya adoptó esa práctica y bien puede esperar otro momento para examinar la propuesta de autorizar la marihuana recreativa.