La labor de la costarricense Isabel Johanning sobresale en un recóndito rincón de África. A sus 73 años espera seguir ayudando a niños y niñas hasta ‘que Dios así lo quiera’.
La labor de la costarricense Isabel Johanning sobresale en un recóndito rincón de África. A sus 73 años espera seguir ayudando a niños y niñas hasta ‘que Dios así lo quiera’.