La Universidad de Costa Rica (UCR) podría verse obligada a pagar los campos clínicos de los estudiantes de Ciencias Médicas que se forman en hospitales públicos, si no logra llegar a un acuerdo con la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) antes de que venza la segunda y última prórroga del Convenio Marco que tiene con esta institución, en enero del 2022.
El monto de ese pago podría rondar los ¢178 millones anuales, según estimaciones con costos al 2019 suministradas a La Nación por Juan Carlos Esquivel, director del Centro de Desarrollo Estratégico e Información de Salud y Seguridad Social (Cendeisss), de la Caja. El tema de los campos clínicos es el más sensible, según reconocieron por aparte, autoridades de ambas instituciones.
Un campo clínico −o campo docente, como también se le llama−, es un espacio que la CCSS facilita a las universidades para la docencia en sus instalaciones. Es para todas las carreras de Ciencias de la Salud. Por ejemplo, un estudiante puede tener dos campos clínicos si va dos veces al día a un centro hospitalario de la CCSS en carreras como Medicina, Enfermería, o en diplomados de emergencias médicas o tecnologías de la salud.
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Hay un modelo tarifario para establecer el cobro que lo fija la Gerencia Financiera de la CCSS. La tarifa varía según la carrera y el nivel en el cual se encuentra el estudiante: si es pregrado o grado, si son diplomados o tecnologías de la salud. La tarifa oscila entre ¢1.000 a ¢3.500 por estudiante por día. Los posgrados no pagan campo clínico. Tampoco el internado, aclaró Esquivel.
Un informe de la UCR, estima en casi ¢20.000 millones el valor de los aportes hechos por la institución a la CCSS, entre 2010 y 2021. La CCSS, por su parte, solicitará un análisis pormenorizado de esas cifra y de los proyectos citados por la casa de estudios superiores. En la foto, la Plaza de la Autonomía, en la Ciudad de la Investigación, de la UCR. (Melissa Fernández)
Todas las universidades privadas pagan sus campos clínicos. Solo en el 2019, la CCSS recibió por este concepto ¢400 millones, informó Esquivel. Estos dineros pasan a un fondo de campos docentes. La UCR, en razón del convenio marco, no realiza estos pagos.
Corre el tiempo
El último convenio firmado por la CCSS y la UCR data del 2011; este venció en marzo de este año. Al mismo, se le han hecho dos prórrogas (la primera a junio, y la segunda a enero), pero hay criterios de la Dirección Jurídica de la CCSS según los cuales no se pueden hacer más porque se debe ajustar la conducta administrativa al marco legal, informó Guadalupe Arias, asesora de la Gerencia General de la Caja.
El marco legal al cual hace referencia Arias es el Reglamento de la Actividad Clínica Docente, de la CCSS, vigente desde el 2012, y que establece el pago de campos clínicos o docentes.
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Si ambas instituciones llegan al 12 de enero del 2022 sin suscribir un nuevo convenio marco, lo que procede es empezar a cobrar a partir de ahí los campos clínicos a todos los estudiantes de Ciencias Médicas de la UCR, que establece el reglamento. Esto afecta carreras como Medicina, Enfermería, Farmacia y Microbiología. Esos cobros no son retroactivos, serían a futuro, a partir del 12 de enero, confirmó el director del Cendeisss.
El gerente general de la Caja, Roberto Cervantes Barrantes, confirmó que ambas instituciones acumulan 14 meses de negociaciones sin que se haya producido un acercamiento en tres temas considerados sensibles: campos clínicos, préstamo de instalaciones de CCSS a UCR, y el plazo del convenio.
“En estos 14 meses, no ha habido flexibilidad por parte de la Universidad de Costa Rica. Ellos quieren firmar el convenio actual. Igual. Y no se puede, porque la norma es clara, pero se puede hacer un convenio de cooperación.
“No es cierto que estemos cobrando. Sobre los campos clínicos lo que hemos hablado es sobre hacer un convenio específico para eso entre dos entidades de derecho público (CCSS y UCR). Eso es lo que hemos sugerido. Un intercambio, cooperación o trueque, así es como lo define la Auditoría Interna”, aclaró el gerente.
La asesora legal del Cendeisss, Sofía Carvajal Chaverri, aclaró que un voto de la Sala IV reconoce que tanto la UCR como la CCSS son dos instituciones públicas enfocadas en el interés general y puede, dijo, que exista un tratamiento especial, pero sin discriminación.
Otros pronunciamientos –de la Contraloría General de la República, la Procuraduría General de la República y la Auditoría Interna–, agregó Carvajal, confirman que ambas instituciones pueden llevar a cabo convenios interadministrativos mientras no salgan de lo básico: sus competencias, que haya reciprocidad, y que se cumpla con principios de proporcionalidad y racionalidad.
La propuesta de firmar un convenio marco de cooperación la tiene sobre la mesa la UCR desde el inicio de las negociaciones, dijo Roberto Cervantes. Fernando Morales Martínez, decano de la Facultad de Medicina de la UCR, es quien coordina la contraparte de la CCSS en estas negociaciones.
En entrevista telefónica con este medio, Morales reconoció que el tema de los campos clínicos es “hipersensible”. Confirmó, además, el interés de la UCR en sustituir la figura de exoneración, establecida en la normativa actual, por la de cooperación entre dos instituciones autónomas. Esa cooperación se ampliaría a otras áreas más allá de la salud, de interés para la CCSS.
Morales facilitó un informe elaborado por esa casa de estudios superiores, que se le presentó a la Caja hace una semana, en el cual se calcula la colaboración brindada por la UCR durante la última década, en casi ¢20.000 millones.
El decano de Medicina confía en que en la próxima reunión, programada para el 29 de octubre, se pueda llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
“Soy optimista. Después de 14 meses y de haber demostrado que no hay almuerzo gratis (en referencia a la colaboración brindada por la UCR a la CCSS), se amplíe la colaboración de la Universidad a otras áreas diferentes de la Salud”, dijo el decano de Medicina.
También fue enfático en la necesidad de que el convenio tenga una vigencia de diez años, y no de cuatro o seis como, según dijo, ha propuesto la CCSS. Esto, en virtud de la extensión de las carreras en la UCR.
Para la UCR, aclaró, es importante que la CCSS respete los departamentos clínicos en siete hospitales: los tres generales (México, Calderón y San Juan de Dios), el Nacional de Niños, el Nacional de Geriatría, el Psiquiátrico y el Hospital Nacional de las Mujeres.
“Esperamos llegar a un acuerdo final con un convenio, para llevar a aprobación de la Junta Directiva (de CCSS). Hay que reiterar que la universidad pública no funciona con fines de lucro. La acción social es un componente muy fuerte, que no tienen otras universidades”, dijo Morales.
“Yo esperaría, en los próximos días, enviar a la Universidad un borrador de convenio. Hay que tener claro que la Caja es un socio muy importante para cualquiera. El mayor interesado debería ser la UCR”, dijo, por su parte, el gerente de la CCSS.