Hace poco más de un año, Kristy Barrantes Brais, psicóloga de 38 años, recibió el diagnóstico: tiene un tumor benigno en la cabeza que ya le arrebató su oído derecho.
En agosto interpuso un recurso de amparo contra la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para que le dé, en Costa Rica, el tratamiento que le permitiría aliviar las complicaciones causadas por ese tumor.
Desde febrero de este año, los pacientes como ella, con tumores cerebrales de difícil extracción por cirugía o del todo inoperables, tienen la posibilidad de realizarse en el país un tratamiento llamado radiocirugía, pero únicamente en el servicio privado.
Esa terapia, que en otros países integra la oferta de servicios junto a cirugía, quimioterapia y radioterapia, es menos invasiva que una operación, y mucho más precisa que la radioterapia.
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Combina cirugía y radioterapia para atacar tumores no solo en la cabeza, como el que tiene Barrantes, sino en otras partes del cuerpo, y lo hace con menos riesgo de dañar tejido sano, en un menor significativamente menor que el requerido para la radioterapia.
Este tratamiento no existe en la Caja pese a que especialistas en Radioterapia del Hospital México –donde se ubica el centro nacional de Radioterapia de la CCSS– han presentado proyectos para instalarlo ahí hace, por lo menos, una década.
Lo que desde el 2015 ha hecho la institución para suplir ese faltante, es enviar al extranjero a quienes califican para ese tratamiento.
A estas personas se les paga un subsidio que asciende a los $11.033. Ese monto no contempla el pago en pasajes de avión, los gastos en estadía –un promedio de 15 días– y el acompañamiento del enfermo durante el viaje, gastos que debe asumir el paciente y su familia.
Desde hace cuatro años, informó la Caja, ha enviado entre 15 y 30 pacientes al año al extranjero para recibir ese tratamiento. Solo en el 2018, se invirtieron más de ¢200 millones en esos tratamientos en el extranjero.
Kristy Barrantes se vio obligada a recurrir a la Sala IV en agosto, según dijo, porque la Caja no se decide a comprar el tratamiento en un centro médico privado que ya brinda aquí radiocirugía. Tampoco le ha definido un nuevo procedimiento, dejándola en el limbo desde hace varias semanas junto a otros enfermos.
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¿Para qué enviarla afuera, con todos los costos adicionales que esto tendría para la enferma y su familia si la terapia la puede recibir aquí?, se cuestiona esta psicóloga que, más de un año después de la detección de su tumor, permanece acogida a una incapacidad por enfermedad.
2021: el año en que CCSS daría terapia
Para tratar cualquier tipo de cáncer, la Medicina recurre a varias vías: están la quirúrgica, la administración de quimioterapia, la radioterapia y la radiocirugía.
Este último tratamiento está disponible en el mundo desde mitad del siglo pasado. En Costa Rica, lo brinda solo un centro médico privado, desde febrero.
La última tecnología en radiocirugía permite que la combinación de radiación y cirugía se realice con la participación de aparatos robotizados, explicó Jovel Rojas, del Centro de Radiocirugía Robótica.
“Se hace con precisión milimétrica, sin hacer cortes en el paciente. En sus inicios, se desarrolló para tumores en el cerebro y después se ha podido aplicar en otras partes del cuerpo”, explicó el especialista.
Este Centro de Radiocirugía, que es privado, le presentó a inicios de año una oferta de servicios a la Caja. Cada tratamiento le costaría a la institución $10.000. Sin embargo, no han obtenido respuesta.
Robot contra cáncer
La radiocirugía combina radioterapia y cirugía para tratar tumores que hasta hace poco representaban todo un reto quirúrgico.
FUENTE: CENTRO DE RADIOCIRUGÍA ROBÓTICA. || w. s. / LA NACIÓN.
El especialista en Radio-oncología de ese centro, Alejandro Blanco Saborío, asegura que este tipo de tratamiento es especial para tumores metastásicos (diseminados por el organismo), como los que se pueden desarrollar en el cerebro, en próstata o pulmón.
“No se puede concebir un centro de tratamiento oncológico sin radiocirugía. Desde hace años, hemos intentado que esta técnica forme parte de la seguridad social y no se ha podido”, comentó Blanco.
El radioterapeuta Julio Argüello informó de que entre un 20% y un 30% de los pacientes con enfermedades oncológicas tempranas no se puede operar por la dificultad quirúrgica que presenta el tumor que tienen.
En estos casos, la radiocirugía se convierte en una salida para ese grupo de enfermos, pero la Caja no se la puede brindar, al menos ahora por su propia cuenta.
La Gerencia Médica, en respuesta escrita a La Nación, explicó que la aplicación de este tratamiento en la Caja podría darse a partir del 2021.
“El análisis de esta demanda en crecimiento, y la tendencia actual de uso de la técnica de la radiocirugía en más patologías oncológicas e incluso no oncológicas, llevó a la Gerencia Médica de la CCSS a realizar un estudio en el 2018 denominado Pertinencia de introducir la terapia de radiocirugía intracraneal, el cual fue validado por la Gerencia Médica en setiembre de ese mismo año.
“Desde ese momento a la fecha, la institución ha ejecutado acciones concernientes a colocar la radiocirugía dentro de la cartera de servicios que oferta; en noviembre del 2018 se iniciaron las gestiones para garantizar que el recambio de los equipos de aceleradores lineales estuviera dirigido a la actualización tecnológica necesaria para conseguir la aplicación de técnicas de radiocirugía, proyecto que se tiene identificado para el 2021”, manifestó la CCSS.
La eventual contratación de servicios externos, como el que pide Barrantes, requiere un estudio técnico para la “declaratoria de inviabilidad”. Según la CCSS, esta es una fase previa al procedimiento de contratación administrativa.
El proceso, explicaron, requiere un estudio de viabilidad y prefactibilidad, el cual debe pasar por la aprobación de la Junta Directiva de la CCSS. La institución no reveló si este trámite se está llevando a cabo para promover una contratación externa mientras los equipos institucionales comienzan a operar.
Viejas crisis
En otras ocasiones, la institución ha reconocido la crisis en sus servicios de Radioterapia, desencadenada entre otras causas por el retraso en el reemplazo de los equipos existentes: cuatro aceleradores que se han visto obligados a funcionar 24/6 desde hace más de un año para dar abasto con la creciente demanda de enfermos.
Como reacción a este problema, las autoridades ejecutan un plan de compra de nuevos aceleradores, el primero de los cuales empezará a funcionar a finales de este año.
En el 2020, se instalaría un nuevo acelerador en el Hospital México. Dos más llegarán en el 2021 para el centro conjunto de los hospitales San Juan de Dios, Nacional de Niños y Nacional de Geriatría.
Otros dos aceleradores para el Hospital Calderón Guardia están programados para el 2022.