"Es una infamia. Todo de lo que se me ha acusado son incoherencias. Lo que quieren es mi puesto en la Embajada porque ya tienen a una recomendada".
Así calificó el pastor y exembajador de Costa Rica en Guatemala, Fernando Borbón, las denuncias de acoso que pesan en su contra las cuales le costaron su puesto este martes.
Ese día, el Consejo de Gobierno aceptó la petición de la Cancillería de destituirlo, tras conocer y confirmar que habría incurrido en hostigamiento sexual.
Borbón afirma que "le hicieron un montaje" con una guatemalteca de 20 años que estaba contratada por dos meses en el servicio de limpieza en la embajada en ese país, con el fin de quitarlo a él de su puesto y colocar a una persona que ya está elegida.
"Ella insinuó que yo la toqué. La habré tocado como a todo el mundo que uno saluda, pero no con mala intención. Hay incoherencias en sus declaraciones. Mis abogados están convencidos de que el acosado soy porque desde que llegué a Guatemala he sufrido de persecución religiosa, ya que soy pastor", afirmó Borbón.
Luis Fernando Salazar, viceministro administrativo, dijo que a Borbón se le siguió el debido proceso.
"Nosotros recibimos una denuncia en la Cancillería y de acuerdo con la ley y el reglamento se procedió a nombrar un órgano que realizara la investigación. En esta investigación se habló con las partes tanto en Guatemala como en Costa Rica. Después del proceso indagatorio, ellos envían una recomendación al Ministro el cual la acogió y presentó el despido. Doy fe del procedimiento que se siguió", explicó Salazar, quien no quiso hablar del caso en específico de las supuestas víctimas de acoso, porque el proceso no se ha cerrado.
Por su parte, Borbón insistió: "Quieren dejar el puesto montado antes de que termine el Gobierno". Añadió que se enteró de la destitución ayer por los medios de comunicación y le fue notificada después por correo electrónico.