Cada cuatro años y a veces a medio periodo, surgen intentos de los diputados de mejorar su pensión con base en el último salario recibido en su curul.
El más reciente episodio trascendió ayer. Se trata de Justo Orozco, de Renovación Costarricense, Julia Fonseca, de Liberación Nacional y los elegidos por los libertarios, Adonay Enríquez y Ernesto Chavarría.
El 27 de febrero reiteraron una petición a la Junta de Pensiones del Magisterio Nacional para que se estudie la posibilidad de que se reconozcan sus salarios como legisladores en el cálculo de sus pensiones.
Pero no son los únicos. En el 2007, la exdiputada de Acción Ciudadana, Nidia González se convirtió en la última parlamentaria en lograr un recálculo de su pensión como educadora.
González salió del Congreso por choques con el PAC, pero logró su cometido. Antes de ella, es recordado el caso de los gemelos Salas.
José Francisco Salas, que llegó al Congreso en el 2002 por el Movimiento Libertario, dejó su curul a dos meses de terminar el periodo, para que su hermano, Carlos Manuel, asumiera y pudiera pedir un aumento de su pensión.
Un acuerdo de Jupema, de enero del 2009, puso fin a esto, pero, cada cuatro años, surgen diputados que lo intentan.