Cuando parece que la discusión sobre los recortes al Presupuesto Nacional del 2015 está por terminar, se abre un nuevo capítulo en la escena legislativa.
La tarde de este jueves, cinco partidos de la oposición le ofrecieron al Gobierno sus votos para aprobar en segundo debate el plan de gastos gubernamental.
A cambio, los voceros de estas fracciones legislativas pidieron que el Poder Ejecutivo se comprometa a recortar el Presupuesto en 100.000 millones de colones en gastos directos y que aplace el pago de 100.000 millones en el pago de bonos de la deuda pública.
Se trata del Partido Liberación Nacional (PLN), parte del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), el Movimiento Libertario, el diputado de Alianza Demócrata Cristiana (ADC) y el de Restauración Nacional.
Según explicó el jefe liberacionista, Juan Luis Jiménez Succar, a La Nación, la negociación tenía como objetivo principal que el Gobierno lograra la votación en segundo debate del Presupuesto 2015 de forma holgada.
Con ello, se buscó legitimar el plan de gastos, que el lunes fue dado como aprobado por el presidente legislativo, Henry Mora, a pesar de que se dio una votación negativa mayoritaria en contra del proyecto de ley, 26 votos en contra y 25 a favor.
El argumento de Mora, diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC), es que un Presupuesto Nacional no puede ser improbado y que los diputados no tiene potestad para rechazarlo, solo para modificarlo.
El pulso político se tensó tanto que el oficialismo, ante el panorama negativo en el plenario y la probabilidad de recibir una votación negativa nuevamente, optó porque se terminara la sesión plenaria.
Jiménez Succar explicó que, mientras los jefes de la oposición proponían al Gobierno su apoyo a cambio de los recortes, la vicepresidenta legislativa, Marcela Guerrero, levantó la sesión del plenario a las 6 p. m.
Eso molestó a varios jefes, al punto de que les reclamaron a los oficialistas, pues según Jiménez los legisladores estaban dispuestos a trabajar hasta las 11:30 p. m., si era necesario.
Inviable.
El presidente del Congreso, Henry Mora, respondió que la propuesta de la oposición es inviable. El jerarca aseguró que recortar el monto que exigen los cinco partidos afectaría programas sociales y de reactivación económica del gobierno de Luis Guillermo Solís.
"Se consideró que es una cifra muy elevada para comprometerla sin antes hacer un análisis exhaustivo previo", dijo Mora.
Hace una semana exacta, los diputados rechazaron tres informes de la Comisión de Asuntos Hacendarios en los que se proponían recortes a los gastos del Gobierno para el próximo año.
El dictamen de la mayoría de ese foro proponía recortes por 97.000 millones en gastos directos y 100.000 millones en aplazamiento del pago de bonos de la deuda pública, así como un compromiso para gestionar mejor la Caja Única del Estado, para utilizar 100.000 millones de partidas subejecutadas por los ministerios.
Esa propuesta, junto con la del Frente Amplio (con 40.000 millones de colones en rebajas) y la del oficialista Marco Redondo fracasaron.
El ajedrez de puro choque entre oficialismo y oposición obligó a la presidencia legislativa a convocar a los diputados a sesionar el sábado por la tarde, en el plenario, para discutir el Presupuesto Nacional en segundo debate.
De no conformarse el cuórum de ley para sesionar (38 diputados), el plan quedaría aprobado automáticamente. La Constitución Política establece que el Presupuesto debe estar definitivamente aprobado antes del 30 de noviembre de cada año.