La noche de este lunes ocurrió uno de los fenómenos astronómicos más esperados en muchos años.
Los dos planetas más grandes del sistema solar, Júpiter y Saturno, se acercaron el máximo posible durante la llamada Gran Conjunción, según la jerga de los astrónomos, un fenómeno que no volverá a producirse en iguales condiciones hasta el 2080.
Cerca de las 6 p. m., los dos gigantes gaseosos aparecieron en un mismo campo de visión, dando la impresión de rozarse, cuando en realidad se situaban a más de 730 millones de kilómetros el uno del otro.
Al parecer, este mismo acercamiento de tales planetas habría sido el que vieron los Reyes Magos cuando nació Jesús y su luz sería la que los condujo hasta el pesebre de Belén.
No se sabe con exactitud desde dónde viajaron estos hombres, pero se cree que partieron desde lugares como Persia, Arabia y Seba (país al sur de Arabia).
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Esta cita astronómica coincidió este año de manera fortuita con el día del solsticio de invierno para el hemisferio norte.
El acercamiento aparente entre los dos planetas ya había comenzado hace varios meses, pero alcanzó una distancia mínima este lunes, lo que dio la impresión de que los dos astros celestes eran uno solo.
La Gran Conjunción corresponde “al tiempo que necesitan los dos planetas para encontrar posiciones relativas similares respecto a la Tierra”, explicó Florent Deleflie, del Observatorio de París, a la AFP antes del acontecimiento.
Júpiter, el más grande, tarda 12 años en dar la vuelta al Sol y Saturno, 29. Y cada dos décadas aproximadamente, los dos planetas parece que se acercan cuando observamos la esfera celeste desde la Tierra.
La última Gran Conjunción ocurrió en el año 2000, pero para encontrar una distancia tan pequeña como la de este lunes hay que remontarse a 1623.
Especialistas internacionales indicaron que es la primera vez en ocho siglos que se pudo ver el fenómeno de esta forma, pues la hora en que sucedió también permitió que se observara con mayor brillo.
Las mejores condiciones para admirar este espectáculo se ubicaban en las zonas cercanas el ecuador, mientras que en el oeste de Europa y en una gran parte de África, era necesario mirar hacia el suroeste.
En India, cientos de amantes de la astronomía se reunieron en el Museo Industrial y Tecnológico Birla, de Calculta, donde pudieron ver el baile cósmico a través de un telescopio.
En Costa Rica, desde zonas como Llano Grande de Cartago, los ticos pudieron disfrutar del evento con un cielo despejado y el clima frío característico de la época navideña.
El hecho sucedió en momentos en el que el país vive una difícil situación por la pandemia de covid-19 y la luz de la llamada ‘estrella de Belén’ trajo esperanza a muchas familias creyentes.