Según un comunicado del Gobierno israelí, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ordenó que el presupuesto para la Unesco se destine ahora a “iniciativas de cooperación que tengan los mismos objetivos (culturales y científicos) en la región”.
El monto de la contribución hebrea, pagada por el Ministerio de Educación, es de unos dos millones de dólares anuales.
Por el bando palestino, el ministro de Relaciones Exteriores, Riad al-Malki, dejó claro que la intención es lograr que Palestina sea reconocida como miembro de pleno derecho de la ONU, más que la adhesión a agencias internacionales especializadas, como la Unesco.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió ayer para estudiar la candidatura de adhesión palestina, que será presentada formalmente el 11 de noviembre, aunque la votación no se celebraría antes de finales de 2011, en la que los palestinos no cuentan aún con los nueve votos necesarios.