Madrid. La Guardia Civil española informó este domingo de la desarticulación de una red que explotaba a refugiados ucranianos en tres fábricas ilegales de tabaco. Los migrantes que huyeron de la invasión rusa eran mantenidos “hacinados” en módulos prefabricados.
La red está acusada de contrabandear “grandes cantidades” de tabaco, que después se transformaba en cigarrillos falsificados, vendidos en toda España y en los países vecinos, informó la Guardia Civil en un comunicado.
Las tres fábricas —que estaban en la región de La Rioja, en el norte, en Sevilla, en el sur, y en Valencia, en el este— utilizaban “maquinaria con avanzada tecnología” y podían producir hasta 540.000 paquetes de cigarrillos por día, agregó la autoridad.
"Se valían de personas de nacionalidad ucraniana, los cuales se habían trasladado España en situación irregular o bajo protección internacional ante la guerra declarada en su país", informó la Guardia Civil.
Los ucranianos vivían "hacinados en módulos prefabricados, y sin salir de las instalaciones para no ser detectados, realizando largas jornadas de trabajo", agregó el cuerpo de seguridad.

En cambio, los líderes de la organización blanqueaban grandes cantidades de dinero por el contrabando de tabaco y mantenían una vida de "lujos", agregaron las autoridades.
En una segunda modalidad delictiva, la organización importaba cajetillas a través de contenedores que ingresaban por mar, sin declararse ante las autoridades aduaneras y eludiendo el pago de impuestos.
La policía arrestó a 27 personas en redadas en toda España, como parte de la investigación que se llevó a cabo con la ayuda de la agencia europea Europol.
Durante el proceso se incautaron 10 toneladas de hojas de tabaco y 3,5 millones de paquetes de cigarrillos por un valor de 37,5 millones de euros (40 millones de dólares).
La Guardia Civil determinó que la rentabilidad del negocio le permitió a la red ampliar sus operaciones, con macroplantaciones de marihuana.