El Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) desvió ¢1.000 millones para gastos en autos, obras de arte, maquinaria y construcciones, de dinero que era exclusivo para capacitar a pequeños empresarios beneficiados por el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD).
Así lo estableció la Contraloría General de la República en el informe DFOE-EC-IF-27-2015, del pasado 26 de noviembre.
El ente contralor reprendió al INA porque halló gastos improcedentes de fondos públicos. El informe determinó egresos indebidos en bienes duraderos por ¢563,8 millones, en el 2013, y ¢438,5 millones el año pasado.
Dichos montos significaron 3,5% de los recursos ejecutados por la entidad educativa en los últimos dos años, según los datos de liquidación presupuestaria.
La Ley del Sistema de Banca para el Desarrollo dicta usar, cada año, como mínimo, el 15% del presupuesto del INA para asesorar a beneficiarios de los programas de financiamiento.
“Del expediente legislativo que respalda la ley (...) se desprende que la intención de los legisladores es que el INA no utilice esos recursos (de capacitación) en gastos relacionados con infraestructura”, señaló la Contraloría.
Además, el ente contralor prohibió al Instituto destinar recursos a labores que no sean para asesoría y dio un mes para certificar el cumplimiento de la orden.
El presupuesto total del 2015 del INA ascendió a ¢107.414 millones. De ahí destinó ¢16.300 millones para atender la obligación de brindar capacitación a pequeños empresarios beneficiarios del sistema especial.
El INA es un ente público encargado de brindar servicios orientados a la formación técnica y profesional a personas mayores de 15 años y a empresas del país.
La entidad pública se financia con el aporte del 1,5% de la planilla de salarios pagados mensualmente por los patronos de los sectores público y privado.
Rechazo. Ricardo León, gerente del Instituto, rechazó los cuestionamientos. “El INA no desvió recursos para otros fines, fueron empleados en bienes duraderos que son usados para brindar servicios de capacitación y formación que requieren los beneficiarios de la Ley de Banca para el Desarrollo”, dijo.
Añadió que todos los bienes que se adquieren son para mejorar esos servicios.
El INA justificó la compra de arte para sedes regionales en acatamiento de la Ley de Estímulo a las Bellas Artes Costarricenses, según los informes de presupuesto institucional de la entidad.
Por otra parte, la Contraloría también cuestionó que, en los últimos dos años, destinó menos de 15% de su presupuesto total para atender a las personas y empresas beneficiarias de Banca para el Desarrollo.
León detalló que, hasta este año, el porcentaje se calculó de manera incorrecta, pues se estimó al contabilizar ¢5.000 millones que se aportan para financiar colegios técnicos.
“Para el periodo del 2016, ya el INA ha tomado las medidas correctivas, previéndose este aumento (para colegios técnicos) que viene a inflar el dato base para la estimación del 15%”, enfatizó el gerente de la Institución.
La entidad conformó un grupo de trabajo interno con el fin de atender en los plazos establecidos, las recomendaciones de la Contraloría. La Unidad de Pequeñas y Medianas Empresas coordina las correcciones.