Con la esperanza puesta en el proyecto de ley que sancionaría el maltrato animal, miles de personas caminaron ayer con sus mascotas por la avenida segunda capitalina, desde el parque Central hasta la plaza de la Democracia.
Este es el sexto año consecutivo que se realiza la marcha contra el maltrato animal para abogar por sanciones (multas y penas de cárcel) que castiguen la crueldad, el abandono y la negligencia de las personas hacia los animales.
Según dijo Elena Quesada, viceministra de Juventud y activista por el bienestar animal, la expectativa es que el proyecto pase en junio a discusión en plenario.
“Desde el Poder Ejecutivo, por lo menos yo lo haré, se tratará de que así sea”, declaró Quesada.
El proyecto de ley, expediente N.° 18.298, promueve reformas tanto al Código Penal (Ley N.º 4.573) como a la Ley de Bienestar de los Animales (Ley N.º 7.451).
En cuanto a las reformas contempladas para esta última, la propuesta de sanción es de uno a seis años de prisión para aquel que cometa actos de crueldad y violencia contra un animal.
También se multaría, con de cuatro a ocho salarios base, a la persona que tenga un animal en condiciones inadecuadas, no lo alimente o no le brinde agua en cantidad y calidad suficientes, entre otras actitudes.
Este proyecto de ley fue propuesto por nueve diputados en el 2011 y se encuentra en periodo de recepción de mociones.
Asimismo, en la Asamblea Legislativa se encuentra otro plan, con el expediente N.° 18.625, que fue presentado por el mecanismo de iniciativa popular en el 2012.
Según Silvan Hogg, miembro del comité organizador de la marcha contra ese maltrato, este documento está en la Comisión de Ambiente, en espera de ser dictaminado.
“Ambos proyectos impulsan penas de cárcel y multas. Hay mínimas diferencias; lo que se trataría de hacer con el 18.625 sería afinar y mejorar lo que quedara pendiente en el 18.298”, dijo Hogg.
Sanciones. Si bien la Ley de Bienestar de los Animales data de 1994, la Sala Constitucional dejó sin efecto los artículos relacionados con las sanciones en el 2002.
Esa resolución derivó en que hoy el maltrato animal sea considerado solo como contravención.
“Tenemos un avance al respecto con la ley que pena las peleas de perros , pero nos falta multar a los que tienen a un animal en malas condiciones. No es solo quitarles el animal, sino hacerlos responsables por este”, comentó Shirley Rojas, de la organización Cartago Pro Bienestar Animal, una filial de la Asociación para el Bienestar y el Amparo de los Animales (ABAA).
Aunque detalla multas y penas de cárcel, el proyecto de ley (N.° 18.298) no dota de recursos económicos y humanos al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), entidad encargada de velar que no haya anomalías en ese campo.
Según Quesada, si a la fecha Senasa no da abasto para atender las denuncias por maltrato animal, la aprobación de estas reformas de ley podrían duplicar el problema.
“En este momento, Senasa tiene una persona trabajando en especies menores, y cuando la ley se apruebe, la cantidad de denuncias se va a duplicar, como sucedió con la recién aprobada ley contra las peleas de perros. Por tanto, la ley va a ser insuficiente porque no va a haber policías, fiscales y jueces para ejercer ese control y Senasa no va a dar abasto”, dijo la viceministra.
Para Rojas, este tema podría tratarse durante la discusión en comisión del proyecto de ley N.° 18.625 y así darle recursos, personal y capacitación a Senasa.
“Aunque la dotación de recursos para Senasa correspondería al Poder Ejecutivo y para eso tiene que haber un plan nacional de desarrollo”, dijo Hogg.
En este sentido, Quesada aboga por una propuesta más integral, que vaya más allá de la aprobación de una ley.
Insuficiente. Los grupos pro bienestar animal lo tienen claro: una ley no es suficiente, se requiere un cambio de cultura en el país y eso solo será posible lograrlo con educación.
Si bien los casos más mediáticos son los de animales golpeados, mutilados, atropellados o violados, también existen otras formas de maltrato como el abandono y la negligencia.
“Tener un perro amarrado con una correa tan corta que el animal no se pueda ni sentar o tenga que defecar y estar en el mismo lugar porque no puede moverse, eso ya es maltrato. No sacarlo a pasear, dejarlo sin agua, sin alimento y sin techo, todas esas son formas de maltrato”, explicó Rojas.
Por esa razón, según Quesada, el tema de bienestar animal debe abordarse con el control de población a partir de castraciones y con educación. Para ello, se definirá una política pública que sea “transversal a todos los ministerios e instituciones”.
“Esto para poder incidir no solo en la violencia, sino en los cambios que vienen desde abajo, que son los que están generando la sobrepoblación y son los animales que finalmente terminan siendo maltratados”, dijo Quesada.
¿Cómo no caer en el traslapo de competencias institucionales? “Hay que definir responsables, porque si no se diluye”, respondió la viceministra.