Aunque crece el interés por mejorar el vínculo entre el amo y su perro a través del deporte, no todas las razas pueden practicar cualquier tipo de ejercicio, comenta Erick Lucero, doctor del Colegio Médico Veterinario de Chile.
Si se les expone a actividades que su cuerpo no puede soportar, algunos podrían sufrir estrés, daños en sus articulaciones o incluso fracturas.
“Hay personas que corrieron durante años con el perro y nunca se enteraron que eso le hacía daño”, comenta.
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Los braquicéfalos como el pug o el bulldog francés no deben realizar caminatas muy largas ni actividades como el canicross, que consiste en correr unido a la mascota a través de un arnés.
“Ellos tienen el hocico muy corto, por lo que les cuesta respirar y regular su temperatura. Si se esfuerzan mucho, se complican a nivel pulmonar”, explica el especialista.
Elegir la correcta actividad
El agility sería la actividad ideal para ellos. Se trata de un circuito de obstáculos –saltos o túneles– que las mascotas deben superar.
Al igual que las razas medianas como el poodle, los braquicéfalos también pueden practicar el frisbee dog, un juego en el que el guía lanza un disco con la intención de que el perro lo capture.
Si se trata de un cachorro o de un canino de patas cortas, el lanzamiento no se debe realizar a grandes alturas.
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En el caso de las carreras o el senderismo se debe tener cuidado con las razas pesadas como el San Bernardo, pues tienen menos resistencia.
Para actividades como estas, son ideales los perros de patas largas como el galgo o el dálmata. En este caso, solo hay que tener otros cuidados que aplican para todos, como la hidratación constante.
El tiempo adecuado de ejercicio se debe analizar con un veterinario, explica Lucero, pues esto también dependerá de la raza, pero además de las condiciones de salud de cada mascota.