¿Es posible construir un asesino? ¿O destruir un inocente? ¿Hasta qué punto puede ser manipulado el sistema judicial? ¿Dónde están las fronteras éticas de un interrogatorio policial? ¿Somos en verdad todos inocentes hasta que se demuestre lo contrario?
A pesar de la impaciencia con que millones –sí, somos millones– de espectadores esperamos el estreno, este viernes, de la segunda parte de la docus-serie Making a Murderer, estrenada en Netflix en diciembre del 2015, al mismo tiempo se siente una extraña desolación por lo que estamos a punto de atestiguar: la desmoralización que causó la primera entrega por todos los claroscuros de la justicia con el demoledor caso de Steve Avery, condenado injustamente, liberado y condenado nuevamente por un confuso caso de homicidio en que la víctima fue la joven fotógrafa Teresa Halbach .
LEA MÁS: ‘Making a Murderer’: ¿Es posible “construir” un asesino?
El grueso de la historia se centra en Steven Avery, un estadounidense miembro de una numerosa y no muy apreciada familia del condado de Manitowoc en Wisconsin, quien en 1985, a los 23 años, fue acusado y condenado por el delito de violación.
Filmada paciente y magistralmente a lo largo de 10 años —el rodaje comenzó en el 2005— , Making a Murderer incluye testimonios del propio Avery (de principio a fin se convierte en el hilo conductor, con la mayoría de testimonios grabados vía teléfono desde la cárcel) su familia, abogados, policías y juristas.
En la primera temporada, el asombro fue en ascenso siempre, sobre todo con un punto de inflexión que le dio un carácter más sombrío a los hechos, y fue la detención, interrogatorio, juicio y condena de Brendan Dassey, el joven condenado por ayudar a su tío Steven Avery en el crimen de Teresa Halbach. La coarción policial en el interrogatorio a Dassey generó una ola de indignación masiva en redes sociales y, tanto su condena como la de su tío, se convirtieron en eje de polémica, mucha liderada por expertos que terminaron descalificando al sistema judicial estadounidense.
Para colmo, después de que la serie terminó, Dassey fue puesto en libertad, pero estuvo fuera de prisión solo unos meses. A pesar de que las autoridades consideraron que los fiscales “no han podido demostrar que Dassey represente un peligro presente para la comunidad y su expediente disciplinario es muy benigno”, tres jueces del circuito siete de la Corte estadounidense de Apelaciones ordenaron la recaptura de Brendan, quien al igual que Steve lleva ya años esperando que se resuelvan las apelaciones, en lo que se ha convertido en una complicada madeja burocrática. Dassey, cuyo IQ es muy bajo y quien solo tenía 16 años en el momento del asesinato, dijo que su confesión ha sido forzada. El video policial, transmitido como parte de la serie, no deja ninguna duda.
¿Qué sigue ahora?
Una de las creadoras del documental le dijo a la cadena ABC que esta segunda temporada se basará en las apelaciones de la pareja.
“Pensamos que era una oportunidad valiosa para llevar a los espectadores a esta fase mucho menos conocida del sistema de justicia penal, donde surgen nuevos problemas. Lo que ves en la segunda parte es que los defensores de Steven y Brendan discuten para lograr el cometido de que la Corte reabra el caso y lo difícil que es luchar para tener la oportunidad de presentar su evidencia ", dijo Laura Ricciardi.
Por su parte, la revista Rolling Stone aseguró que la abogada de Avery, Kathleen Zellner, presentó nuevos documentos judiciales que implican al hermano de Dassey, Bobby Dassey, y su madre, Barb Tadych, en el asesinato.
Según el adelanto logrado por esa publicación, los documentos afirman que Bobby proporcionó un testimonio falso e incluyen una declaración jurada firmada por otro hermano de Dassey, Bryan, que dice: “Recuerdo claramente que Bobby me dijo: ‘Steven no pudo haberla matado porque la vi salir de la propiedad’”.
Durante el juicio pasado, Bobby testificó que no vio a Halbach irse, sino que la vio caminar hacia el remolque de Avery.
La abogada Zellner también habla sobre lo que se encontró en el disco duro de la computadora de la familia Dassey, que contenía fotos de Halbach y “muchas imágenes de pornografía violenta que involucran a mujeres jóvenes que fueron violadas y torturadas”.
La jurista, quien a juzgar por el tráiler de esta temporada se convierte en tremenda protagonista, cree que todas estas imágenes supuestamente fueron accesadas en línea en momentos en que Brendan estaba en la escuela y Bobby estaba solo en casa.
En fin, ya solo faltan horas para que se devele lo nuevo en este caso que, a no dudarlo, moverá mentes, corazones y conciencias con la misma fuerza que lo hizo en su primer emisión.
El temor de la teleaudiencia sobre lo que vaya a ocurrir sigue patente al recordar que, al final del primer episodio, una ronca voz femenina, con el inconfundible acento pueblerino de la región, acompaña las tomas triunfalistas de un treintañero Avery quien, en la flor de la vida, vive frente al mundo sus primeras horas en libertad. En el cierre, la mujer (quien es una de las primas de Steve) dice con tono quedo: “era inimaginable que cuando todos creíamos que la pesadilla había terminado, lo peor apenas estaba por empezar”.