Vivió en carne propia lo que ahora demuestra, al extremo, en la serie documental Cacería humana : llevando consigo tan solo los elementos que caben en su mochila, Joel Lambert enfrenta en cada episodio a las unidades de rastreo de algunas de las fuerzas militares y de seguridad más reconocidas del mundo, en terrenos traicioneros, para evitar que lo capturen en 48 horas o menos.
Lambert, exmiembro de la fuerza especial SEAL de la Armada de Estados Unidos, interpreta la versión más extrema del “juego del gato y el ratón”.
Filmado en locaciones naturales en Estados Unidos, Polonia, Sudáfrica, Filipinas, Panamá y Corea del Sur, cada episodio sigue sus pasos desde que es dejado en el punto de partida con una leve ventaja respecto de sus perseguidores. Con la reputación de Joel y el orgullo patriótico de las fuerzas militares en juego, es mucho lo que cada bando puede perder.
Así, en menos de dos días, el intrépido exmilitar debe llegar a una “zona segura” establecida previamente o arriesgarse a ser capturado. Para lograrlo, recibe los suministros mínimos a fin de sobrevivir; de él mismo dependerá obtener todo lo demás que necesite en el camino.
Las cámaras que siguen de cerca la persecución capturan la acción desde ambas perspectivas: los espectadores acompañan tanto a Joel como a los equipos de operaciones especiales, sin perder ningún detalle de la acción.
Como experto en escapes y evasión, los antecedentes de Joel lo colocan en una posición inmejorable para aprovechar los eventuales errores que cada unidad pueda cometer.
Sin embargo, escapar de equipos de rastreo al tiempo que combate la deshidratación, el hambre y las propias inclemencias de la naturaleza termina siendo el mayor desafío.
Un SEAL excepcional
Joel Lambert es un ex miembro calificado y de excepcional desempeño en la fuerza especial SEAL de la Armada de Estados Unidos, de acuerdo con su biografía oficial, publicada por Discovery Channel en su página web.
Él busca constantemente nuevos desafíos que pongan a prueba los límites de su capacidad y nunca muestra señales de que vaya a detenerse.
Joel se crió en el estado de Washington (EE.UU.), en un pequeño pueblo maderero cercano al río Columbia. Siempre fue adicto a los desafíos.
Él recuerda que, cuando tenía 10 años, un amigo de su padre se propuso ingresar a las fuerzas especiales de la Armada pero tuvo que abandonar durante un ejercicio de entrenamiento en el que casi se ahoga al ser arrojado al agua con las manos y pies atados.
De pequeño, Joel solía nadar en la parte profunda de la piscina y pensaba mucho en aquella historia. Un día decidió que intentar ser parte de la fuerza especial SEAL era ese desafío superior que había estado buscando.
A los 22 años, Joel fue a una oficina de reclutamiento de la Armada y se entrenó para llegar al máximo de su condición física para ser aceptado en los SEALs. En 1998, Joel se unió a la Armada y logró superar el brutal y extenuante curso de selección para esa división, en la que prestó servicios durante su carrera militar por 10 años. Participó en misiones de combate en lugares como Afganistán y Kosovo. Planificó e intervino en más de 20 misiones reales de combate; encabezó el departamento de artillería de misión crítica; entrenó a reclutas del escuadrón SEAL y personal militar extranjero en Singapur, Tailandia, Grecia, Egipto, Alemania, Holanda y Estonia.
Algunas de sus calificaciones incluyen entrenamiento en armas pesadas, certificación en sistemas de misiles Stinger; entrenamiento en supervivencia, evasión, resistencia y escape; defensa y combate en espacios cerrados; buceo y entrenamiento militar en caída libre.