Un vínculo de amistad y devoción musical impulsó a un grupo de amigos desde Panamá a las puertas del Estadio Nacional. ¿El motivo? El concierto de Roger Waters, el bajista de Pink Floyd, quien aterrizó en el país como parte de su gira de despedida This is Not a Drill, este 2 de diciembre.
“Es posiblemente el día más feliz de mi vida”, expresó Luis Franco Ruiz, quien vino al país con sus amigos desde Ciudad de Panamá. El canalero conversó con Viva mientras hacía la fila con sus compinches en las afueras del Estadio Nacional, en un ambiente de fiesta. “La estamos pasando increíble”, agregó.
Los panameños lamentaron no haber presenciado la primera visita de Waters a Costa Rica en el 2018. “No pudimos venir pero, esta vez, no íbamos a dejar pasar la oportunidad”, agregó Ruiz con entusiasmo.
Ruiz cuenta que es un viajero frecuente a Costa Rica, pues ha venido al país cinco veces antes a pasear. Sin embargo, para él, esta vez es la que más expectativas le ha generado.
“Esta ocasión es especial, es como ver a un ídolo, a alguien que ha marcado cada parte de mi vida”, cuenta.
Curiosamente, su devoción por la obra de Pink Floyd supera su admiración por la carrera en solitario de Waters. “Pink Floyd es un universo entero, una narrativa que trasciende el tiempo”, afirmó con convicción.
“Igualmente me gustan las piezas de Roger, pero creo que la mayoría venimos a oír todas esas piezas históricas de la banda“, agregó.
El grupo de amigos, unidos por su amor a la música, se embarcó en esta travesía no solo para disfrutar del concierto, sino también para atesorar un momento que resonará en sus corazones.
“Es una experiencia compartida que fortalece nuestra amistad, es un viaje que se convierte en un lindo recuerdo”, agregó Ricardo González, otro de los amigos de Ruiz.
“Toda la semana hemos pasado oyendo las canciones, siempre con mucha emoción”, dijo.
González cuenta que la espera afuera del Estadio Nacional se les “ha pasado rápido”, pues han hablado de los discos y temas preferidos. “Es lo bonito de venir a un viaje así entre amigos. La pasamos muy bien. Es como una fiesta”, finalizó.
Ambiente colorido
Un nutrido grupo de personas llegó temprano a las afueras del Estadio Nacional. Aunque el concierto está pactado para las 7 p. m., muchos fans llegaron a las 5 p. m.
Dentro de esa tropa de seguidores se acercaron algunos a Vladimir Martínez, chancero que se presentó en las inmediaciones del recinto.
Aunque la mayor parte de fans estaban comprando gorras, camisas y brazaletes de Pink Floyd, otros se acercaron a don Vladimir bajo un augurio particular.
“Estoy vendiendo el número 80 por los años de vida de Roger Waters”, expresó el vendedor de 42 años.
Él cuenta que lleva más de 30 años vendiendo lotería y que suele dar buena suerte a quienes le compran. Por ejemplo, él asegura haber vendido el número ganador de los últimos chances.
“Yo traje como 90 pedazos del número 80 y solo me quedan seis. Es el agüizote para hoy. Espero traerle buena suerte a toda esta gente linda”, finalizó.