“Un corazón necesita de otro para ser uno solo...”.
Con esa profunda frase, aderezada de un montaje tan dinámico como original, un dúo mexicano de bailarines estremeció al parque de Barva en SoloDOS EN DANZA , competencia que culminó ayer en un soleado cantón herediano.
Al presentar Entre 2 , los aztecas Cezar Espejo y y Jesús Ramírez resumieron una jornada que estuvo plagada de gran expresión emocional, sobre todo cuando las parejas en competencia convirtieron sus montajes en generadores de torbellinos y experiencias relacionales.
En total, fueron seis los dúos y solos de danza que se disputaron la final de un evento que anunció a sus ganadores ayer, en horas de la noche (al cierre de la edición no fue posible conocer a los triunfadores).
“Muy lindo todo. Me encanta la expresión de cada uno de los bailarines. Estoy emocionada, es muy intenso”, dijo Marta Gómez, una señora de 64 años que combatió el sol con una inmensa sombrilla y se tendió en el césped para ver el espectáculo.
A las 11:30 a.m., apenas los feligreses católicos comenzaron a salir de misa, SOloDOS EN DANZA comenzó su jornada.
Pocos cristianos se quedaron para ver el evento, pero eso no impidió que el show comenzara con un montaje introductorio a cargo de UNA Danza Joven, de la Universidad Nacional.
EgoRitus , pieza inspirada en ritos y uniones sociales de diversa índole, fue la entrada ofrecida por UNA Danza Joven.
Ya en competencia, el dúo nacional conformado por Sara Montero y Leonardo Aguirre sorprendió con H3BO3 Abrasivo , una intensa danza sobre relaciones ásperas, de esas que van y vienen y generan mareas de sentimientos.
En la misma línea, desde México, Alejandro Ramonet y Analí Aragón presentaron Buraco Negro , un montaje donde la agilidad y coordinación de los bailarines fue lo más destacado.
“Cuerpos físicos... en atracción y repulsión mientras coexisten” decía el programa sobre Buraco Negro.
Bonito sería , de Margarita Galdámez y Bryan Chavarría (El Salvador-Costa Rica), presentó a los espectadores un viaje surreal por una pintura imaginaria de “tardes soleadas y pensamientos”.
El único solo de la final fue el del tico Gabriel Rodríguez, que con su pieza Sórdito sumergió a todos en una experiencia cotidiana intensa. La expresión de sus manos, que parecían desmembrarse en el mutismo de sus pensamientos, logró impactar.
Luego llegó Entre 2 , lo más gozado y dinámico de la final de SoloDOS EN DANZA , pues por medio de diálogos, coordinación precisa y códigos matemáticos, logró ganarse la simpatía.
“Porque un 1+1 es 2”, como los corazones que se unen, enseñaron los mexicanos.
El último montaje de la tarde fue Simbiontes , ejecutado por los bailarines nacionales Wendy Chinchilla y Mario Vircha.
“La relación simbiótica se come a uno y a otro, y puede terminar con la unión”, rezaba el texto que describía el montaje. Un cierre dramático, de lucidos movimientos en la escena.