El cantón de Pococí, en Limón, es el lugar donde este año los ganaderos han sufrido más robos de reses.
Así se dio a conocer ayer en el lanzamiento de una campaña para motivar a los finqueros a denunciar los robos y destaces.
Este plan tiene como objetivo disminuir los casos que no son llevados a conocimiento de las autoridades, algo que en esferas policiales se conoce como “cifra negra”.
El ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora Cordero, afirmó que “la cifra negra” del país podría triplicar los casos denunciados.
Para facilitarle a los afectados el proceso de reporte, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) puso a disposición la línea confidencial 800-8000 645.
Golpe económico. Datos aportados por la Policía Judicial detallaron que entre enero a octubre de este año fueron robadas o destazadas un total de 2.462 reses.
Esa cifra corresponde a un total de 1.113 denuncias, más que las 940 registradas en el 2012, aunque el informe judicial proporcionado a la prensa no menciona la cantidad de reses sustraídas en ese periodo.
En un detalle de los números de este año, por cantones, los que suman más denuncias ante el OIJ fueron Pococí con 86, seguido por San Carlos con 65, Upala, que tuvo 63 y Pérez Zeledón, con 57.
La provincia con la mayor incidencia es Alajuela; le sigue Guanacaste, mientras que los días preferidos por los delincuentes son los domingos y lunes, durante el transcurso de la noche.
Leonardo Luconi de la Corporación Ganadera Nacional (Corfoga) resaltó que el perjuicio económico para el sector representa una suma que, para este 2013, superaría los ¢800 millones.
Advertencias. El director del OIJ, Francisco Segura Montero, mencionó que el robo de ganado tiene otras consecuencias, como es la afectación a cientos de familias que viven del ganado. Expuso el caso de una hogar donde subsisten con seis animales y les roban tres. “Eso significa la quiebra”, advirtió.
Asimismo, Segura hizo un llamado a la población para que no compren carne barata, que en muchas ocasiones venden en casas, pues proviene de reses robadas.
Germán Rojas, del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), comentó que consumir de esa carne también puede ser un riesgo para la salud.
Explicó que muchas veces los animales son inyectados con productos que afectan a los humanos y no se recomienda consumir esa carne, durante algún tiempo, hasta que pase el efecto del producto.