En octubre del 2010, un hombre que carga sobre sus hombros con más de 300 homicidios por encargo le dijo a la revista colombiana Don Juan que en el futuro quería vivir en Costa Rica.
Para ese entonces, John Jairo Velásquez Vásquez (alias Popeye, de 52 años), quien años atrás fue jefe de los sicarios del capo colombiano Pablo Escobar, se encontraba recluido en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en el departamento de Boyacá, Colombia.
Pero el martes salió de esa prisión, luego de cumplir una sentencia de 22 años que logró al entregarse por sus crímenes.
¿Vendrá ahora Popeye a residir en nuestro país?
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John Jairo Velásquez Vásquez estuvo recluido en la cárcel de máxima seguridad de Cómbita, en el departamento de Boyacá, Colombia. | AFP. (Carlos Ortega)
Aunque de momento nadie conoce sus intenciones, las autoridades costarricenses sí saben que su ingreso se rechazaría.
En primer lugar, porque todo ciudadano colombiano que quiera ingresar aquí necesita de una visa emitida por el Consulado tico en su país, según dijo la directora de Migración, Kathya Rodríguez.
“Dentro de los aspectos que el Consulado considera es que la persona no haya tenido antecedentes penales, por lo cual no cumpliría los requisitos. La ley es clara: nadie que haya sido condenado por delito doloso en los últimos 10 años califica”, explicó.
Rodríguez agregó que si el extranjero, de todos modos, llegara a algún puesto fronterizo, se le negaría el ingreso.
La funcionaria manifestó que la preocupación de las autoridades sería que el foráneo logre entrar ilegalmente.
“Ahí tendría que ser localizado por la Policía y se expondría a las sanciones migratorias”, añadió.
El ministro de Seguridad, Celso Gamboa, dijo que no adelantaría criterio sobre el caso específico, pero aseguró que “Costa Rica desea recibir a personas que puedan aportar algo al país”.
“Este tipo de personas vinculadas a hechos tan sangrientos, criminales que han marcado la historia de América Latina, en un aspecto tan negativo, definitivamente tienen algún grado de restricción de ingreso al país. Para eso, las autoridades migratorias y los consulados imponen visas”, comentó.
Sus cuentas. El currículo de Velásquez está marcado por su desempeño como colaborador de Escobar, dentro del cartel de Medellín.
Entre las acciones en las que tuvo principal participación, están: el homicidio del candidato presidencial Luis Carlos Galán (18 de agosto de 1989), el atentado del avión de Avianca, en el que fallecieron 101 pasajeros (el 27 de noviembre de 1989 y el asesinato del agente antidrogas de los Estados Unidos, Barry Seal (19 de febrero de 1986).
Además, ha admitido que él mismo mató a unas 300 personas, incluido el procurador general de la nación, Carlos Mauro Hoyos, en 1988, además de magistrados, jueces, periodistas y policías.
También confesó que coordinó otros 3.000 crímenes en los años ochenta y noventa, como parte de la guerra del cartel de Medellín contra el Estado colombiano y contra mafias rivales.
Para lograr una sentencia baja, el sicario aceptó los cargos y ayudó a la Policía con las investigaciones. Se le condenó por terrorismo, narcotráfico, concierto para delinquir con fines terroristas y homicidio.
En sus últimos contactos con medios y con autoridades antes de dejar la cárcel, Popeye aseguró ser un hombre nuevo.
En una entrevista con el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia, afirmó: “Cambié mis antivalores por valores, que fue un trabajo que hizo el penal machacándome los antivalores que yo adoraba” .
Además, expresó que aunque ya no le puede aportar nada a la sociedad porque tiene muchos enemigos, sí puede explicarle al país qué es el programa de resocialización en las cárceles.