La Morgue Judicial del Complejo de Ciencias Forenses, ubicada en San Joaquín de Flores, Heredia, podría saturarse debido al notable número de cadáveres que permanecen sin identificar o sin ser retirados por parte de sus familiares.
Jorge Aguilar, jefe de la Sección de Patología Forense del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), explicó que actualmente hay 60 cadáveres que han sido sometidos a su respectiva autopsia en los últimos meses, pero que todavía se mantienen en las cámaras de refrigeración.
La mayoría de estos cuerpos ingresan a la morgue como desconocidos y son identificados posteriormente, mediante huellas dactilares o registros judiciales, por lo que sus parientes podrían no saber del deceso.
También se presentan casos de personas en condición de calle que no tienen familiares, o situaciones en que los parientes del fallecido carecen de recursos económicos para darle sepultura al fallecido. En tales circunstancias, los ciudadanos pueden autorizar a la Sección de Patología Forense para disponer de los cuerpos, lo que implica que el Estado se haga cargo de conseguir ataúdes, adquirir espacios en cementerios, y gestionar los procedimientos logísticos necesarios.
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Además de las implicaciones en la saturación de espacio y los aspectos económicos, Aguilar advirtió de que, aunque las cámaras de refrigeración retrasan el proceso de descomposición, este persiste y conlleva la generación de fluidos en los cadáveres. Eventualmente, podría ocasionarse una contaminación en el entorno de la Morgue y afectar a los profesionales que trabajan en dicho espacio.
Para atender la situación, el OIJ divulgó una lista que contiene los nombres de las personas fallecidas que se encuentran en la morgue, así como de los cuerpos que aún no han sido identificados, pero sí se conoce su lugar de procedencia. Esta lista está disponible en el sitio web de la Sección de Patología Forense y se muestra en las siguientes fotografías:
Los familiares que identifiquen a las personas en la lista pueden comunicarse o acudir a la Sección de Patología para reconocer los cuerpos e iniciar los trámites para retirarlos o autorizar su disposición. Para ello, es necesario tener un grado de parentesco directo con el fallecido, como ser padre, madre, hermano, hijo o pareja sentimental.