
El magistrado Carlos Alberto Chinchilla Sandí se pudo jubilar en este momento gracias al transitorio que contiene la ley de reforma de pensiones del Poder Judicial.
Aquella normativa fue publicada el 22 de mayo y permite que por un periodo de 18 meses, los funcionarios judiciales que califiquen pueden acogerse a la pensión con los requisitos de la normativa anterior.
Precisamente, una de esas reglas que van camino a la extinción es una jubilación anticipada con una edad mínima de 55 años. Con la nueva legislación, la edad mínima será de 62 para hombres y 60 para mujeres.
En el caso de Chinchilla, cumplió 55 en febrero, además tenía 31 años de carrera judicial. Con la ley que entrará en vigor los años de trabajo deben ser 35 como mínimo.
Además, el monto de su pensión se calcula con base en el 100% del promedio de los últimos 24 salarios, la legislación nueva establece el cálculo con base el 83% del promedio de los últimos 240 salarios.
Del archivo:
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De esta forma, el hasta ayer presidente del Poder Judicial pudo jubilarse de manera sorpresiva en medio de una coyuntura complicada. La semana anterior recibió una amonestación por escrito al ser hallado responsable de una falta grave, junto con otros tres magistrados de la Sala III.
Se intentó conversar con Chinchilla pero no atendió su teléfono ni contestó mensajes.
Este lunes tampoco se conocía el monto de la pensión que recibirá. No obstante, sí está claro que deberá contribuir con el denominado aporte solidario establecido por la reforma aprobada en abril. Este aporte implica que el monto bruto de su pensión tendrá un rebajo de entre el 35% y 55% de la suma que exceda sobre los ¢4 millones.