Los lunes sin carne son un reto que recorre todo el mundo desde hace varios años, consiste en dejar de comer carne de cualquier animal (res, pollo, cerdo, cordero, pescado, mariscos, etc.) todos los lunes y basar la alimentación en verduras, frutas, cereales, legumbres y semillas.
Las razones son mejorar la salud y ayudar al ambiente, pues la industria ganadera genera muchos gases de efecto invernadero.
Centrémonos por un momento en su bienestar físico: ¿sabía que si se deja de consumir carne todos los lunes de un año, se reducirá el consumo de grasa saturada en un 15%?
Además, se disminuye el riesgo de tener el colesterol y los triglicéridos altos, y favorece a mantener un peso saludable, pues el consumo de grasa saturada está asociada a la ingesta de carnes.
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Hay que tener en cuenta que el consumo excesivo de carne contribuye a enfermedades graves como la hipertensión, el cáncer de mama, vejiga o colon, diabetes, obesidad, problemas cardiovasculares y gota.
Como explica la nutricionista Yessica Suárez, asumir este reto de los lunes es una oportunidad para mejorar nuestra dieta. “Puede ser una alimentación con mayor variedad y balanceada si se hace bien: es decir, no es lo mismo vegetariano que come frituras (papas fritas, tostitos, natilla, empanadas, repostería, etc) que un vegetariano que tiene bien incorporado leguminosas, harinas, frutas, vegetales, ensaladas, grasas saludables”, comenta la nutricionista.
Por eso se debe intentar cambiar la carne por alimentos ricos en fibra dietética y comidas nutritivas que aporten vitaminas y minerales.
Además de la carne de res, cerdo y pollo, hay otras fuentes de proteína tales como frutas y hortalizas, como el tofu o los frijoles, así como nuevos productos –cuyo consumo en otros países está en aumento–, por ejemplo, insectos.
Los frijoles, las microproteínas (obtenidas de un champiñón) y los guisantes ofrecen los mejores resultados en materia de salud, llegando a reducir la mortalidad en un 7%.
Otro beneficio de esta tendencia global es que se evita la exposición a antibióticos y hormonas que se inyectan al ganado para que crezcan más rápido o resistan mejor a las enfermedades, así como aditivos sintéticos que se agregan a la carne para aparentar frescura.
Lunes de lunes
Hay personas que son muy estrictas con los regímenes alimenticios y otras no tanto. Por eso, existen dos modalidades de los meatless monday.
Una de ellas es la original y más restrictiva, consiste en eliminar todo tipo de carnes y productos de origen animal. Esto quiere decir que no se puede comer: carnes rojas, aves, jamones, embutidos, lácteos, huevo, pescados y mariscos. Lo que sí se puede comer son: vegetales, frutas, legumbres, nueces, semillas y cereales integrales.
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La otra modalidad es la ovolactovegetariano. No se pueden comer carnes rojas, aves, jamones, embutidos, pescados y mariscos; pero están permitidos los lácteos, huevos, frutas, verduras, legumbres, nueces, semillas y cereales integrales.
Beneficios del lunes sin carne
- Menor consumo de grasa saturada (que está asociada a las carnes).
- Mayor consumo de fibra dietética (pues se incorporan más leguminosas, frutas y vegetales o ensaladas).
- Mayor consumo de vitaminas y minerales (por esta misma incorporación).
- Mayor consumo de compuestos bioactivos (antioxidantes o sustancias relacionadas a ellos).
Salvar vidas
El Foro Económico Mundial, también conocido como Foro de Davos, aseguró recientemente que dejar de comer carne podría salvar millones de vidas.
Un estudio realizado por la universidad británica Oxford Martin School para el Foro Económico Mundial, demuestra que 2,4% de las muertes provocadas en el mundo por la alimentación podrían ser evitadas si se redujera el consumo de carne, en concreto de la de origen vacuno.
En los países ricos, en los que el consumo de carne de res es más elevado, el porcentaje de vidas que se salvaría sería del 5%, subrayó el Foro Económico Mundial.
El estudio no dio cifras sobre el número de personas que mueren cada año por motivos alimentarios, pero, aseguraron que el consumo de carne puede ser sustituido por otras proteínas que “podrían impedir millones de muertes inútiles cada año”.
No obstante, según el mismo estudio, la demanda de carne seguirá aumentando durante las próximas décadas ya que la población mundial podría llegar a los 10.000 millones de personas antes de 2050.
Impacto en el ambiente
Comer carne también tiene un impacto negativo en el medio ambiente. Solo la producción de la carne bovina representó en 2010 un 25% de las emisiones de CO2 relacionadas con la alimentación.
La ganadería también constituye una amenaza para el subsuelo, a causa de la emisión de la parte de los bovinos de grandes cantidades de metano y el aumento de los terrenos de pasto en perjuicio de los bosques, que absorben el CO2.
“Las pruebas son claras, nuestro sistema alimentario debe transformarse para el bien del planeta y el futuro de la humanidad”, afirmó el director general del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Marco Lambertini.
Fuentes: Yessica Suárez, nutricionista (yesuor@gmail.com) y Grupo de Diarios América (GDA).